He de volver a verte
y morirme de nuevo entre tus brazos.
Me he de morir mejor que tantos días.
Invadidos mis ojos por tu aliento,
por la cóncava luz de tu garganta,
anunciado de amor entre tus ojos,
me verteré en tus venas como un río.
Qué celestial ternura
he de encontrar brillando en tus mejillas,
mientras tus dulces dedos anochecen
y amortecida en el amor me sueñas
mucho mejor teniéndome a tu lado.
El rumor de tu pelo,
que advierto sólo yo cuando me besas,
resbalará feliz a tus pestañas
por los dulces linares de tus sienes.
Yo aguardaré el sonido tembloroso
para verlo brillar entre tus párpados
cuando tus ojos teman de mis besos
el abierto paisaje de mis venas.
El dulce simulacro de tu muerte
sobre tu cuerpo, ya sin fuerzas, mío,
se curvará feliz sobre mi brazo
como una rosa lenta y pensativa.
Cuando tu voz se niegue a ser la tuya
y tus ojos me vean por la niebla
espumosa y mojada de tus párpados,
serás desnuda, doblemente mía.
He de volver a verte
y a morirme de nuevo entre tus manos.
A morirme mejor que en esta ausencia
donde tu doble entrega es aire y nada.
y morirme de nuevo entre tus brazos.
Me he de morir mejor que tantos días.
Invadidos mis ojos por tu aliento,
por la cóncava luz de tu garganta,
anunciado de amor entre tus ojos,
me verteré en tus venas como un río.
Qué celestial ternura
he de encontrar brillando en tus mejillas,
mientras tus dulces dedos anochecen
y amortecida en el amor me sueñas
mucho mejor teniéndome a tu lado.
El rumor de tu pelo,
que advierto sólo yo cuando me besas,
resbalará feliz a tus pestañas
por los dulces linares de tus sienes.
Yo aguardaré el sonido tembloroso
para verlo brillar entre tus párpados
cuando tus ojos teman de mis besos
el abierto paisaje de mis venas.
El dulce simulacro de tu muerte
sobre tu cuerpo, ya sin fuerzas, mío,
se curvará feliz sobre mi brazo
como una rosa lenta y pensativa.
Cuando tu voz se niegue a ser la tuya
y tus ojos me vean por la niebla
espumosa y mojada de tus párpados,
serás desnuda, doblemente mía.
He de volver a verte
y a morirme de nuevo entre tus manos.
A morirme mejor que en esta ausencia
donde tu doble entrega es aire y nada.
Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.
Enlace recomendado:
No hay comentarios:
Publicar un comentario