viernes, 31 de mayo de 2019

"Porque contigo todo es despacio", de BEATRIZ ESTRADA (MÉJICO, d.n.e.)

Porque contigo es todo despacio,
los pasos imposibles,
el temor de pluralizar las palabras
y la tentativa de un sí
te quiero
no te quiero
Cómo perderme en tu totalidad
sin escuchar el último canto del pájaro

Eres lo que me queda después de la lluvia,
en tus ojos el mar es un destello abrupto que retiene su
cauce
y tus labios,
son la única ruta para llegar a puerto

pero tú
tú como una pregunta recurrente
y como respuesta
que no escuchas mi voz
que te pide ser tu iglesia
y mi boca cualquier templo profano

Déjame regresar siempre a ti,
guárdame en la memoria de tu cuerpo,
que ahí estarán las mismas calles,
las cartas que no me has escrito
y la casa que todavía no hemos de levantar



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jueves, 30 de mayo de 2019

"Te tengo todo marcado", de Miriam Reyes (ESPAÑA, d.n.e.)

Te tengo todo marcado
como un yacimiento arqueológico. No es extraer los restos de ti lo que persigo

–ruinas de una ciudad tallada en la arenisca–
lo que quiero es penetrarte
–taladrar la piedra de tu cuerpo–
y este sexo cóncavo de mujer
se vuelve inútil para mi deseo.

Cavo en tu ombligo
para entrar por el flujo de tu sangre.
Vacío mi espíritu como aire en tu boca
y con ojos acuosos te veo respirarme.
Ya sé que no necesito de piel para tocarte
no es eso
yo quiero hacerme una cueva en tu cuerpo.

Flexiono tus rodillas bajo mis axilas
como los brazos de un taladro.
–Las aceras que rompo
son las de tu calle–.
Con mis pestañas barro
el polvo que levanto de tu frente
y no me detengo hasta que soy tú
y tu sexo es el mío hasta que soy yo
quien está dentro.



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martes, 28 de mayo de 2019

"Cuando un hombre entra en una mujer", de ANNE SEXTON (ESTADOS UNIDOS, d.n.e.)

Cuando un hombre entra
en una mujer,
como el oleaje que muerde la orilla,
una y otra vez,
y la mujer abre la boca de placer
y sus dientes brillan
como el alfabeto,

Logos aparece ordeñando una estrella,
y el hombre
dentro de la mujer
hace un nudo,
para que nunca más estén separados
y la mujer
sube a una flor
y Logos aparece
y desata los ríos.

Este hombre,
esta mujer
con su doble hambre,
han procurado penetrar
la cortina de Dios,
lo cual brevemente
han logrado
aunque Dios
en su perversidad
deshace el nudo.


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lunes, 27 de mayo de 2019

"Revelación", de HALLIE HERNÁNDEZ ALFARO (VENEZUELA, d.n.e.)

Hasta ese minuto el todo había sido falacia,
sino enroscado en la víbora piel del desierto.
La boca, las manos, los terremotos,
el juramento de Hipócrates, el arenal de los indómitos,
la pureza del agua, las corrientes frías del Pacífico;
universo sin causa,
universo solitario de fuego triste.
Hilos desheredados meciendo nadas, imberbes y triviales nadas.

La historia cambia, en segundos, con París al costado
o con esa ciudad prieta que nos venera en sombra;
tal vez en el pórtico medieval donde se hacinan
latidos hambrientos, causas numéricas,
cabriolas manchadas por el deseo.

Dije, cambia; no, involuciona hacia el sur de los arrebatos,
colisiona el erguido callejón hasta su veta más inocente,
fulmina de un chispazo la tempestad del carbono
la urdimbre del inculpado reo.
Enciende también letras blancas, con frases de Dulcinea,
en los puntos suspensivos de la vereda tan amada.

Se habla de dos, de sustancia fervorosa,
de ángulos inseminados por la devoción,
de la saliva consumando altares.

Hasta ese minuto el todo era una mentira predecible,
un árbol oscuro,
una falsa memoria estelar.



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jueves, 23 de mayo de 2019

"Mas no te demores tanto", de LUCILA NOGUEIRA (BRASIL, 1950, d.n.e.)

El cuerpo - dicen - ya no será más el mismo
en su reflejo exterior,
mas algo se diga de las cavernas fosforescentes
que navegan el hambre del demonio
en la hora de su resplandor

Mira mi cuerpo antiguo en la curva del chafariz
o al timón del navío.
Yo soy un pájaro nocturno perturbado.
Yo te ofrezco mis senos muy blancos
en una escalera secreta del mar Caspio.

Alguien habló de un modo descuidado
y las gárgolas de Nôtre Dame
contornaron los pezones
como breves y clandestinos fuegos fatuos.

El cuerpo - dicen - ya no será el mismo,
desesperadamente yo te deseo
mientras navego rocas subterráneas
a la orilla de la consciencia humana
y la raja de la atmósfera interfiere en la raya luminosa
justo en el centro de la pantalla del televisor que se rompió.
Porque en aquel tiempo
el amor era como un príncipe ebrio
y forzosamente hindú
él era como la voz ronca de Dionisio
haciendo sonar las teclas del piano austriaco
abandonado en la pasarela roja
de un carnaval de plumas en la calle de Buen Jesús.

Salí por el embarcadero embriagada
arrastrando candelabros escarlatas
en el río de letreros luminosos
mientras la lluvia golpeaba el pico duro de aquellos senos
ardiendo siempre de tanto amor.
Todos estaban demás y no lo sabían
mas cuando tú me agarraste fuerte yo me sorprendí tímida
y hasta hoy he huido entre palmeras
por las carreteras líquidas del vino y del neón.

Digo que continúa urgente la ilusión de ese momento
acometido de inenarrables confesiones.
Utopía presa en el cartílago húmedo,
cuando tu boca recubra el seno
seremos entonces las dos otras caras
de una misma única posesión
como una historia pegada en la otra
mientras se lame el lacre de la carta escrita en la infancia
que un agua súbitamente tibia casi borró.

Como decir, sin extrañarte: recúsame
que la dama desnuda al teléfono puede estar en trance
al que tanto aspiras bajo el rojo de las linternas
mientras la lluvia cubre los tejados a la orilla del mar.
Todo ahora se tornó tan urgente
que duele la espera inmemorial de las muñecas
sobre la madera oscura
inmóviles mas no inertes
aguardando su número de magia
rompiendo la banalidad de los noticiarios de la televisión.

La blusa de satén verde tiene un escote de princesa judía
asesinada desnuda en un campo de concentración.
Espléndido violinista, nos vamos enloqueciendo lentamente.
La blusa de satén verde deja entrever la parte
muerta de la carne blanca
bajo la luz del globo fosforescente
girando sobre los bailarines
mañana invisibles del bar Royal.

Cierra los ojos y piensa lo que quieres
mientras las manos y las bocas cumplen recorridos
de espejismos desérticos

mientras yo toco nuevamente
mi piano austríaco en la calzada del embarcadero
y el mar casi revienta las ventanas dalinianas del
Almacén XIV.

Porque el espíritu ha de ser siempre el mismo
yo desafío tu preferencia
y la blusa de satén verde sin mi cuerpo dentro
tiene aún un océano de lentejuelas
reflejando la vibración de la piel
que por algunos momentos la habitó.
Dragón gigante
lengua demoníaca
unión clandestina
avieso encantamiento
abismo volcánico
donde la partitura se deshizo en notas cubriendo la pauta
que guía el violoncelista al Palacio de Cristal.

Cierra los ojos y bésame de modo frágil
porque todo se volvió más urgente
desde el Museo Serralves y los dibujos rosa del mármol
revelan caminos recifenses de la piel emparedada
soñando el éxtasis de la resurrección.

Tu mirada tiene el mismo brillo de un lanzador de cuchillos
mientras giro en la rueda sobre mí misma
dramáticamente presa en las cuerdas
bajo el sonido de Tchaikovski en la Obertura 1812.

Tu mirada es como una campana milenariamente gigante
rondando las terrazas de la Regua hasta las aceras de Copacabana
tu mirada es como un barco vikingo pidiendo ensenada
desde los cocoteros de Recife hasta los verdes pinos gallegos
que dieron sombra al romance de mis bisabuelos.

Sé que has de venir bajo la nieve enlunada
conduciendo linterna en el pescuezo del caballo blanco
y me tomarás al galope en tu capa de terciopelo oscuro
mientras en el circo abandonado la trapecista
continuará durmiendo
completamente desnuda
en la jaula de los leones.

Sé que has de venir ferozmente hechizado
en ese rapto anunciado para cruzar las aguas desde el Capibaribe al Duero
y bailaremos bajo la luz de un candelabro de siete brazos
hasta que el sol seque las siete faldas
quitadas bajo el sonido de siete violines
durante las siete noches de encantamiento.

Mas no demores tanto.
Que amar es el arte
de hacerse presente
y todo aquello que necesitamos
es de poesía
locura y énfasis
en el acto heroico de reabrir las puertas
e la carne mansa que se equivocó.

Que el cuerpo - dicen - ya no será el mismo
y lo que era asedio puede robustecerse en la fuga
y hasta nosotros – dicen – no seremos los mismos
en el extraño instante de rayo láser
en que llega sin aviso
el placer de la mañana.


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miércoles, 22 de mayo de 2019

"La fragancia de mí, siempre", de GIOVANNA MULAS (ITALIA, 1969--, d.n.e.))

Llevas la fragancia de mi siempre
y el rumor de la marea
inquieta entre la orilla y los acantilados,
inmensos campos de flores, canosas riberas
de pasado grave donde refugio mi boca
y los ojos plenos.
Me sabes de sangre y
de la misma sangre hecho, Tú
que compones, hundes la carne
a la altura del cerebro
allá arriba, donde el corazón anuncia solo estremecimiento constante
seguro y único
fiel.
Y llenarás de leche, espada mía, la copa ardiente
oh lo sé, pezones retama muros prepotentes a los que
demolerás cada temor
dedos ramas
de oceánico semen, abajo
más allá de la dulce oscuridad
donde no existe estación
mas primavera,
siempre,
germina.
Allá arriba donde de ninguna otra cosa
yo quiero saber.



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Este es el enlace de la autora: http://giovannamulasufficiale.blogspot.com.es/
 
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lunes, 20 de mayo de 2019

"Ahora que la noche me susurra", de ROSA LENTINI (ESPAÑA, 1957--, d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "La noche es una voz soñadora", de fecha 1994  d.n.e.



Ahora que la noche me susurra que ella y el agua son una misma presencia,
ahora que la voz del agua vuelve y nos invade,
ahora que en esa religión del agua he olvidado hablarte y hablarme
y por tanto nombrar al mundo y sus gestos,
tú deberías insistir, para que recuerde decir "tus manos" por ejemplo, o "mi lengua",
para que no olvide que es con los labios, la lengua y los dientes del origen
con los que velamos sobre nuestros nombres, más allá de esa boca asustada, dormida
y por todos olvidada, acaso por el recuerdo
de esa saliva y de esos dientes en tu boca, que lamen con ansiedad tu lengua,
para que ella me diga, para que ella descanse conmigo en el agua sin fluido,

y no recuerde que el agua y la noche son dos ausencias que crecen sobre un mismo nombre.


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viernes, 17 de mayo de 2019

"Dama de blanco", BLANCA LEONOR VARELA GONZALES (PERÚ, 1926-2009, d.n.e.)

el poema es mi cuerpo
esto la poesía
la carne fatigada
el sueño el sol
atravesando desiertos
los extremos del alma se tocan
y te recuerdo Dickinson
precioso suave fantasma
errando tiempo y distancia
en la boca del otro habitas
caes al aire eres el aire
que golpea con invisible sal
mi frente

los extremos del alma se tocan
se cierran se oye girar la tierra
ese ruido sin luz
arena ciega golpeándonos
así será ojos que fueron boca
que decía manos que se abren
y se cierran vacías
distante en tu ventana
ves al viento pasar
te ves pasar el rostro en llamas
póstuma estrella de verano
y caes hecha pájaro
hecha nieve en la fuente
en la tierra en el olvido
y vuelves con falso nombre de mujer
con tu ropa de invierno
con tu blanca ropa de
invierno
enlutado



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miércoles, 15 de mayo de 2019

Esbozo", de GILKA DE MELO MACHADO DA COSTA (BRASIL, 1893-1980, d.n.e.)

Tus labios inquietos
por mi cuerpo
encendían astros...

en el cuerpo del bosque
las luciérnagas
de vez en cuando
insinuaban
fosforescentes caricias...
y el cuerpo del silencio palpitaba
se agitaba
con los cascabeles
del cri-cri basculante
de los grillos que imitaban
la música de tu boca...
y en el cuerpo de la noche
las estrellas cantaban
con la voz trémula y resplandeciente
de tus besos...


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lunes, 13 de mayo de 2019

"Nadie", de CARMEN CALVO (ESPAÑA, d.n.e.)

Nadie sospecha que hunde su agonía
en lava de silencios y otros modos,
que guarda con recelo, tiempo y beso.
Nadie sabe de sus hábiles manos,
torpes hoy, que otrora fueran vida.
Nadie entiende que inventa sonrisas
en el sendero oculto que galopa
por su boca, palomar o río
.
Nadie escucha su rezo desnudo
si en la noche se pierde un instante
y en la almohada calza los suspiros.
Nadie siente el dolor de un secreto
que muerde vicioso sus senos.
Nadie ve como estrena su vida a diario
sembrándole rosas a un tiempo de muerte.

Nadie.

-Huye, y su sombra le persigue-.


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viernes, 10 de mayo de 2019

"Hombre de lejanías", de ROSA BUK (ARGENTINA, d.n.e.)

Ay, si fuera abrigo
el círculo de capas damasquinas que no vuelan,
como vientos internos y decadentes
sorda de mí
no puedo este silencio que tan hondo me castiga.
Deseo ardiente en los pájaros que migran
ocultos, hacia tu boca.

Crepitando llamas del ocre en mirada tan extensa y lánguida,
deshago un espacio de lirios pretendidos
en triste consumación
y escucho como cae el beso de invierno
conspirando
en esta interminable traslación de hemisferios, y muero en ti.



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jueves, 9 de mayo de 2019

"La tilde se perdió en la bohemia", de MARIAN RAMÉNTOL (ESPAÑA, d.n.e.)

Voy a ponerle nombre a una sonrisa.
A esa,
la que he visto columpiarse más de una vez
entre los dedos de una tarde entrada en años.
Porque es insuficiente saber contar las letras
que hacen noche en lo indecible pero no saben a mar,
y caminan luciendo su vientres como bombas.

Ya no nos queda tiempo
para jugar al póquer con la memoria,
la tilde se ha perdido en la bohemia,
y sólo queda un lugar urgente para el beso.
Démonos prisa,
antes de que a alguien se le ocurra
nombrarte antes que yo.



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martes, 7 de mayo de 2019

"Tú eras columna de Babilonia", de BLANCA ANDREU (ESPAÑA, 1959--, d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall", de fecha 1980  d.n.e.



Tú eras columna de Babilonia o casi,
capítulo del beso de Babel cuando eras mano
labios dedos torres
historia alta de ti,
el libro de la voz deshojándose con paso de danza,
y la colonia que se despierta y escribe estrofas verdes,
y el viento escabel para tus pies
en la luna bermeja del salón.
O cuando fuiste dioses, dioses para la
adolescencia que se vende,
o antes, sí, antes de esperar casas
del lenguaje arquitecto,
templos para mi soledad y rastro lejano de ti,
mirando el ligero Mediterráneo,
aguardando una iluminación del nervioso mar,
un haz de días,
una camada lírica.



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lunes, 6 de mayo de 2019

"Aquí dijiste", de PIEDAD BONNETT (COLOMBIA, 1951--, d.n.e.)

Aquí dijiste:
"son hermosos
los ojos húmedos de los caballos".
Y aquí: "me encanta el viento".
Desando yo tus pasos, revivo tus palabras.
Y te amo en la baldosa que pisaste,
en la mesa de pino
que aún guarda la caricia de tu mano,
en el estropeado cigarrillo
olvidado en el fondo de mi bolso.
Recorro cada calle que anduviste
y sé
que amaste este abedul y esta ventana.

Aquí dijiste:
"así soy yo,
como esa música
triste y alegre a un mismo tiempo".
Y te amo
en el olor que tiene mi cuerpo de tu cuerpo,
en la feliz canción
que vuelve y vuelve y vuelve a mi tristeza.
En el día aterido
que tú estás respirando no sé dónde.

En el polvo, en el aire,
en esa nube
que tú no mirarás,
en mi mirada
que te calcó y fijó en mi más triste fondo,
en tus besos sellados en mis labios,
y en mis manos vacías,
pues eres hoy vacío
y en el vacío te amo.



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viernes, 3 de mayo de 2019

"Una noche como esa" de ARA LÓPEZ-VALENZUELA (VENEZUELA, 1983--, d.n.e.)

Noches, que en silencio maquiavélico,
van calculando el tamaño de la herida,
esquematizando con aterradora delicadeza
una cicatriz indestructible.

Cómplices de pieles que se rozan
provocando un eco erizado,
que se extiende lentamente,
hincha el pecho, inflama los labios,
y quiere calcinar todo lo que alcance.

Una oscuridad que se revela
como dos serpientes que danzan y entrelazan,
como dos mares que se estrellan,
como el deseo que consigue acoplarse sin ensayo.

Tuvo que haber sido una de esas noches,
cuando la realidad punzante debió apartarse
ante la desnudez de quienes olvidaron sus nombres
para detenerse en el tiempo, para fundirse con el espacio.

En medio de un silencio calculadoramente provocativo,
se engendraba, desde lo más profundo,
con un dolor similar al de una estrella agonizante,
lo que un beso desnudo no sospechó fecundar.

La locura para amarse nació una noche como esa.



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jueves, 2 de mayo de 2019

"La curva del sueño", de MONSERRAT MARTÍNEZ (época actual)

Y así, abrazada a la almohada, llega él, penetrando los escondrijos de mi mente.

Me abandono, me vacío de pensamientos, de voces, de todo lo que me daña, y dejo que, suavemente, el cuerpo se me vaya.

Camino hacia un lugar distinto, un sitio oscuro que no recuerda mi mirada, y allí, me fundo con su aroma, con su sabor irreconocible, fantasma.

La boca se me llena de colores, el cuerpo de silencios que palpitan cerca del agua, y siento que está conmigo y me posee, adueñándose de mi alma.

Él es quien me ama.



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