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viernes, 11 de febrero de 2022

Romancillo: "Vals de los enamorados y unidos hasta siempre", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942, d.n.e.)


No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.

Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.

Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados

entre bocas deshechas.
Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos, en sus brazos.
Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas,
de noviembres y marzos,
aventados se vieron
como polvo liviano:
aventados se vieron,
pero siempre abrazados.






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viernes, 13 de noviembre de 2020

"Soneto: Te me mueres de casta y de sencilla", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "El rayo que no cesa", de fecha 1934-1935  d.n.e.



Te me mueres de casta y de sencilla:
estoy convicto, amor, estoy confeso
de que, raptor intrépido de un beso,
yo te libé la flor de la mejilla.

Yo te libé la flor de la mejilla,
y desde aquella gloria, aquel suceso,
tu mejilla, de escrúpulo y de peso,
se te cae deshojada y amarilla.

El fantasma del beso delincuente
el pómulo te tiene perseguido
,
cada vez más potente, negro y grande.

Y sin dormir estás, celosamente,
vigilando mi boca ¡con qué cuido!
para que no se vicie y se desmande.




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miércoles, 14 de noviembre de 2018

"Soneto: ¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria?", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?

Recuerdo y no recuerdo aquella historia
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.

Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.

Y recuerdo aquel beso sin apoyo
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel cuello, aquel beso y
aquel día.

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viernes, 25 de mayo de 2018

"Soneto: Por una senda van los hortelanos", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

Por una senda van los hortelanos,
que es la sagrada hora del regreso,
con la sangre injuriada por el peso
de inviernos, primaveras y veranos.

Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción, y van al beso,
y van dejando por el aire impreso
un olor de herramientas y de manos.

Por otra senda yo, por otra senda
que no conduce al beso aunque es la hora,
sino que merodea sin destino.

Bajo su frente trágica y tremenda,
un toro solo en la ribera llora
olvidando que es toro y masculino.


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miércoles, 15 de marzo de 2017

"Antes del odio", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Cancionero y romancero de ausencias", de fecha 1938-1941 d.n.e.


Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado.

corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.

Corazón en una copa
donde me la bebo yo
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.

Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.

Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre.
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa ?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.


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jueves, 29 de mayo de 2014

"Llegó tan hondo el beso", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Cancionero y romancero de ausencias", de fecha 1938 d.n.e.


Miguel Hernández
Llegó tan hondo el beso
que traspasó y emocionó los muertos.

El beso trajo un brío
que arrebató la boca de los vivos.

El hondo beso grande
sintió breves los labios al ahondarse.

El beso aquel que quiso
cavar los muertos y sembrar los vivos.


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"Besarse, mujer", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Cancionero y romancero de ausencias", de fecha 1938 d.n.e.



Miguel Hernández
Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la vida.
Asciende los labios,
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el furor
de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte:
descienden los labios,
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.
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"La boca", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (España, 1910-1942 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Cancionero y romancero de ausencias", de fecha 1938-1941  d.n.e.



Boca que arrastra mi boca.
Boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astros que tiene tu boca
enmudecido y cerrado,
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.
¡ Cuánta boca ya enterrada,
sin boca, desenterramos!
Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.
Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.
He de volver a besarte,
he de volver. Hundo, caigo
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
Vida, Muerte, Amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.




[♪♫♪ Puedes escuchar la ballada, cantada por Joan Manuel Serrat, de su disco "Miguel Hernández", de 1972, ♪♫♪ pinchando aquí].






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