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lunes, 9 de agosto de 2021

"Poema cuarto", de YOLANDA EUNICE ODIO INFANTE (COSTA RICA, 1919-1974 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Los elementos terrestres", de fecha 1947  d.n.e.




Poema cuarto
(Canción del Esposo a su Amada)


Asomada a mi pecho
tatuada en él como la edad
y el daño.

Como una suave grey de colinas
cuyo rumbo retorna con el alba,

habla mi amada
con su amor que tiene
apenas pecho diurno y voz descalza.

A mi sombra
se bordearon de pulpa su caderas.

Por mí arrea con sus pechos
el ganado del alba,

y la tarde a su paso se quebranta,
como de junco herido
y laurel entornado.

Párpados transitados
de nieve y mediodía,

Pozo donde mi boca
desmedida resbala
como torrente de paloma
y sal humedecida.

Sobre los muslos te pusieron
racimos de ira y vocación de besos.

Yo haré que de tus muslos
bajen manojos de agua,
y entrecortada espuma,
y rebaños secretos.

Ven,
Amada.

Los árboles
todos tienen tu cándida estatura,
y tu párpado caído,
y tu gesto mojado,

edificio de alondras
habitado de climas
donde legisla el sol
sobre viñedos de oro.

A tu sombra
me encontrarán los pájaros salvajes.

Tu voz de aire caído
entre cuatro azucenas,
desfilará en mi oído
como acude la tarde.

Ven,
te probaré con alegría,
tú soñaras conmigo
esta noche.

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viernes, 30 de julio de 2021

"Poema primero", de YOLANDA EUNICE ODIO INFANTE (COSTA RICA, 1922-1974 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Los elementos terrestres", de fecha 1947  d.n.e.



Poema primero
(Posesión en el sueño)

Ven
Amado

Te probaré con alegría.
Te soñaré conmigo esta noche.

Tu cuerpo acabará
donde comience para mí
la hora de tu fertilidad y tu agonía;
y porque somos llenos de congoja
mi amor por ti ha nacido con tu pecho,
es que te amo en principio por tu boca.

Ven
comeremos en el sitio de mi alma.

Antes que yo se te abrirá mi cuerpo
como mar despeñado y lleno
hasta el crepúsculo de peces.
Porque tú eres bello,
hermano mío,
eterno mío dulcísimo.

Tu cintura en que el día parpadea
llenando con su olor todas las cosas,
tu decisión de amar,
de súbito,
desembocando inesperado a mi alma,

tu sexo matinal
en que descansa el borde del mundo
y se dilata.

Ven

te probaré con alegría.

Manojo de lámparas será a mis pies tu voz.

Hablaremos de tu cuerpo
con alegría purísima,
como niños desvelados a cuyo salto
fue descubierto apenas, otro niño,
y desnudado su incipiente arribo,
y conocido en su futura edad, total , sin diámetro,
en su corriente genital más próxima,
sin cauce, en apretada soledad.

Ven
te probaré con alegría.

Tú soñarás conmigo esta noche,
y anudarás aromas caídos de nuestras bocas.

Te poblaré de alondras y semanas
eternamente oscuras y desnudas.





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martes, 13 de julio de 2021

"Acorde final", de YOLANDA EUNICE ODIO INFANTE (COSTA RICA, 1922-1974 d.n.e.)


Al borde de alegres segadores tiembla el agua,
y ofrece para el orden del labio complacido
dulce rumbo crecido de preñadas mañanas
,
y agraria transparencia, dulcemente encendida

El trigo coronado de apretada espesura,
retiene el desbordado color con que le ordenan
-vecino de la carne- colmarse en primavera.

El ganado decrece tiernamente en lo oscuro
donde dilata el suelo su asombrosa corriente,
y la abeja termina su tránsito de nieve,
y su majada oculta sobre tímidos jaspes.

Y tú, Amado,
que pones rumbo fijo al
que circuye la tarde y apresura la rosa,

dónde tienes el pecho frondoso de raíces,
dónde la sien desnuda sin regazo ni término.

Sobre los pastos suaves, cándidos mayorales
habilitan la uva en que se aloje el vino,
y congregan el clima en que crezca su aroma
y reparta en la lengua manojos de alegría.

Así el verano atiende su reciente hermosura
y sobre el viento solo distribuye sus pájaros.

Así el nácar esparce su quietud y deleite
y su color silvestre reanuda y apacienta.

¡Oh dádivas,
oh dones terrestres,
oh suaves alimentos;

sólo agotar la siembra con el pecho,

sólo desembocar al gozo y detenerse

oh piel,

oh ceniza colmada y balbuciente!




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