viernes, 30 de agosto de 2019

En el filo del gozo", de ROSARIO CASTELLANOS (MÉJICO, 1925-1974, d.n.e.)


I.
Entre la muerte y yo he erigido tu cuerpo:
que estrelle en ti sus olas funestas sin tocarme
y resbale en espuma deshecha y humillada.

Cuerpo de amor, de plenitud, de fiesta,
palabras que los vientos dispensan como pétalos,
campanas delirantes al crepúsculo.

Todo lo que la tierra echa a volar en pájaros,
todo lo que los lagos atesoran de cielo
más el bosque y la piedra y las colmenas.

Cuajada de cosechas bailo sobre las eras
mientras el tiempo llora por sus guadañas rotas.

Venturosa ciudad amurallada,
ceñida de milagros, descanso en el recinto
de este cuerpo que empieza donde termina el mío.


II.
Convulsa entre tus brazos como mar entre rocas,
rompiéndome en el filo del gozo o mansamente
lamiendo las arenas asoleadas.

Bajo tu tacto tiemblo
como un arco en tensión palpitante de flechas
y de agudos silbidos inminentes.

Mi sangre se enardece igual que una jauría
olfateando la presa y el estrago
pero bajo tu voz mi corazón se rinde
en palomas devotas y sumidas.


III. Tu sabor se anticipa entre las uvas
que lentamente ceden a la lengua
comunicando azúcares íntimos y selectos.

Tu presencia es el júbilo.
Cuando partes, arrasas jardines y transformas
la feliz somnolencia de la tórtola
en una fiera expectación de galgos.

Y, amor, cuando regresas
el ánimo turbado te presiente
como los siervos jóvenes la vecindad del agua.




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jueves, 29 de agosto de 2019

"Tigres en el jardín", de ANTONIO CARVAJAL (ESPAÑA, 1945--, d.n.e.)


Como un ascua de odio te hemos visto en la aurora,
como un trigal de cielo derramado en la vega,
y hemos sorbido el agua que tu contacto dora
y ese aroma de rosas que nos cerca y anega.

En este huerto el lirio es feliz. Sólo implora
libertad nuestra sangre, mientras la nube llega,
se riza y, leve, pasa. Da el chamariz la hora,
y el gozo de la sombra, como un rencor, nos niega.

Solos entre las dalias, entre cedros y fuentes,
tanto nos asediamos que nos cala hasta el hueso
este amor sin futuro y esta luz de los dientes.

Tigres somos de un fuego siempre vivo e ileso,
y te odiamos por libre, recio sol, mientras puentes
de plata ha levantado la muerte a nuestro beso.




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miércoles, 28 de agosto de 2019

"Noviembre", de FEDERICO GARCÍA LORCA (ESPAÑA, 1898 - 1936 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Libro de poemas", de fecha 1921  d.n.e.



            Noviembre de 1920

Todos los ojos
estaban abiertos
frente a la soledad
despintada por el llanto.

Tin
tan,
tin
tan.

Los verdes cipreses
guardaban su alma
arrugada por el viento,
y las palabras como guadañas
segaban almas de flores.

Tin
tan,
tin
tan.

El cielo estaba marchito.
¡Oh tarde cautiva por las nubes,
esfinge sin ojos!
Obeliscos y chimeneas
hacían pompas de jabón.

Tin
tan,
tin
tan.

Los ritmos se curvaban
y se curvaba el aire,
guerreros de niebla
hacían de los árboles
catapultas.

Tin
tan,
tin
tan.

¡Oh tarde,
tarde de mi otro beso!

Tema lejano de mi sombra,
¡sin rayo de oro!
Cascabel vacío.
Tarde desmoronada
sobre piras de silencio.

Tin
tan,
tin
tan.




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martes, 27 de agosto de 2019

"Discurso de Afrodita", de SALVADOR RUEDA SANTOS (ESPAÑA, 1857-1933, d.n.e.)

"El sueño de Afrodita", de Jule


Si Venus Afrodita hablase un día,
dijera así: «Sed, pechos maternales,
sagrados y serenos manantiales
de paz, de amor, de leche y de poesía.

Sed, caderas, que iguala la armonía,
santo molde de razas inmortales;
sed, labios, aromáticos panales
donde los besos zumben de alegría.

Sed, manos, como rayos de luz pura,
que donde toquen viertan la hermosura;
sed, amplias frentes, llamas generosas.

Y sed, ojos de vivos resplandores,
ríos de luz, de músicas y flores,
que entero el mundo coronéis de rosas.

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lunes, 26 de agosto de 2019

"Me apetece", de CELSA BARJA RODRÍGUEZ (ESPAÑA, 1966--, d.n.e.)

Me apetece beberte los labios
en un sorbo largo y delirante,
encender las alas de mil fuegos
sembrando deseo en la saliva,
demorarme jugando en tu lengua,
lamiendo el pecado de un suspiro,

sentir el ardor de la uva fermentada
emborrachándonos de nuestro vino.
Me apetece comerte la piel a besos,
prenderlos a ella cual flor a la tierra,
alimentarme de ti y aplacar tu sed
en los cuencos de nuestros cuerpos,
abrirte la puerta que emana al milagro,
que cruces descarado mis fronteras,
que ahogues en mi silencio tu piedad
y sentir como me rompo en ti entera...



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viernes, 23 de agosto de 2019

"Quisiera ser", de MARÍA ÁNGELES ASENSIO (ESPAÑA)

Quisiera ser sólo viento
para poder despeinarte
y ver tus cabellos negros
en movimiento constante…
O ser enorme montaña,
en la que al tú escalarme
puedas llegar a la cima
donde no ha llegado nadie.

Quisiera ser ducha tibia
resbalando por tu cuerpo
y acariciarte la piel
para irte estremeciendo…
El eco al decir tu nombre,
repetirlo con anhelo,
¡y hacerlo insistentemente,
hasta quedar sin aliento!

Quisiera ser sólo un beso,
y que al rozarte mis labios

el corazón te palpite
en el pecho alborozado.
Y un suspiro en tu oído
para irte susurrando
amor mío, lo que siento
si me acarician tus manos.

Quisiera en fin solamente
ser destino en tu mirada,
agua que calme la sed
al bajar por tu garganta.
O el iris que hay en los ojos
verde oliva de tu cara,
para saber lo que miras
y se me calme este ansia.

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jueves, 22 de agosto de 2019

"La pareja", de LEOPOLDO DE LUIS (seud. de LEOPOLDO URRUTIA DE LUIS) (ESPAÑA, 1918-2005 d.n.e.)

"Mujer desnuda", de Xiao Xin Yuan


Tenerte cerca. Hablarte.
Y besarte en silencio.
Y sentir el contacto
caliente de tu cuerpo.
Sentir que vives, trémula,
aquí, contra mi pecho.
Que mis brazos abarcan
tus límites perfectos.
Que tu piel electriza
las yemas de mis dedos.
Que la vida se ahoga
en el hilo de un beso.

Que así, en la sombra, a tientas,
bajo la noche, ciegos,
topándonos a oscuras
mientras todo es silencio,
nos amamos y somos
casi dioses, rugiendo.
Vuelvo a palpar tu carne,
vuelvo a besarte, vuelvo
a estrecharte en la sombra
ciega contra mi pecho.
Vuelvo a sentir tu vida
trémulamente, siento
que el desamparo pone
su soledad, su cerco,
en torno de nosotros.
El mundo está desierto.
Mudo. Tú y yo arrojados
a un destino violento,
aquí, sobre la tierra,
abrazándonos ciegos.
Y entonces te recojo,
te amparo, te sujeto,
pequeña, débil, mía,
cobijada en mi aliento,
sostenida en mis brazos,
cubierta con mis besos.
Pero mi pequeñez
en seguida comprendo.
Mi inútil protección,
castillo sin cimientos,
rueda deshecha frente
al enorme Universo.
¡Qué poco puede el hombre!
Y me refugio en medio
de tanta soledad
en tu caliente cuerpo,
para que entre tus brazos
me mezas con tu tierno
amor. Niño asustado,
busco tu amor materno.
Los dos en la tiniebla
abrazados, pequeños,
frente a la eternidad,
lloramos en silencio.
La noche continúa
mudamente cubriéndonos.



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miércoles, 21 de agosto de 2019

"Los amantes", de VICENT ANDRÉS ESTELLÉS (ESPAÑA, 1924-1993, d.n.e.)


             La carn vol carn.
             Ausiàs March
No había en Valencia dos amantes como nosotros.

Ferozmente nos amábamos de la mañana a la noche.
Lo recuerdo todo mientras tiendes la ropa.
Han pasado años, muchos años; han pasado muchas cosas.
De pronto aún me atrapa aquel viento o el amor
y rodamos por el suelo entre abrazos y besos.
No comprendemos el amor como una costumbre amable,
como una costumbre pacífica de cumplidos y telas
(y que nos perdone el casto señor López-Picó).
Se despierta, de pronto, como un viejo huracán,
y nos tumba a los dos en el suelo, nos junta, nos empuja.
Yo deseaba, a veces, un amor educado
y el tocadiscos en marcha, negligentemente besándote,
ahora un hombro y después el lóbulo de una oreja.
Nuestro amor es un amor brusco y salvaje,
y tenemos la añoranza amarga de la tierra,
de andar a revolcones entre besos y arañazos.

¡Qué queréis que haga! Elemental, ya lo sé.
Ignoramos a Petrarca e ignoramos muchas cosas.
Las Estancias de Riba y las Rimas de Bécquer.
Después, tumbados en el suelo de cualquier manera,
comprendemos que somos unos bárbaros, y que esto no puede ser,
que no estamos en la edad, y todo esto y aquello.

No había en Valencia dos amantes como nosotros,
porque amantes como nosotros se han parido muy pocos.


 
                    *****
"No hi havia a València dos amants com nosaltres.

Feroçment ens amàvem del matí a la nit.
Tot ho recorde mentre vas estenent la roba.
Han passat anys, molt anys; han passat moltes coses.
De sobte encara em pren aquell vent o l'amor
i rodolem per terra entre abraços i besos.
No comprenem l'amor com un costum amable,
com un costum pacífic de compliment i teles
(i que ens perdone el cast senyor López-Picó).
Es desperta, de sobte, com un vell huracà,
i ens tomba en terra els dos, ens ajunta, ens empeny.
Jo desitjava, a voltes, un amor educat
i en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,
ara un muscle i després el peço d'una orella.
El nostre amor és un amor brusc i salvatge
i tenim l'enyorança amarga de la terra,
d'anar a rebolcons entre besos i arraps.
Què voleu que hi faça! Elemental, ja ho sé.
Ignorem el Petrarca i ignorem moltes coses.
Les Estances de Riba i les Rimas de Bécquer.
Després, tombats en terra de qualsevol manera,
comprenem que som bàrbars, i que això no deu ser,
que no estem en l'edat, i tot això i allò.

No hi havia a València dos amants com nosaltres,
car d'amants com nosaltres en són parits ben pocs."




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"Quiero hacerte el amor", de ALEJANDRO AHUMADA (seud. de ALEJANDRO SÁNCHEZ PENALVA) (ESPAÑA, 1950--, d.n.e.)


Hoy quiero hacerte el amor con mi alma enamorada y con mi voz deseosa de ser escuchada. Amarte quiero y entregarte toda mi pasión, hoy quiero hacerte el amor como nunca te lo han hecho; quiero que te sientas la mujer más feliz del universo.

Y poder morder tu boca, besar tu cuerpo, acariciar tus cabellos y apretarte fuerte, muy fuerte hacia mi cuerpo; hoy quiero hacer el amor y llegar a lo más profundo quiero, tu boca en mi boca, tus manos sobre mi cuerpo y hacerte el amor con la pasión más intensa.

Para sentirte mía y amarte en lo más profundo, que me cubras con tu cuerpo y fuerte me abraces con tu sentimiento, y nos acariciaremos con los destellos del corazón, y nos rocemos con el mayor deseo cuando tus manos rocen mi cuerpo.

Y nos abrazaremos como dos enamorados, nos acariciaremos con mil palabras tiernas, donde haremos el amor y quedaremos envueltos entre las sábanas de nuestro deseo. Esta noche quiero hacerte el amor y decirnos palabras hermosas, aquellas que jamás se han dicho pronunciadas por mis labios.

Y nos entregaremos al amor, y yo seré el esclavo de tu tiempo, el amante y señor de tus sueños, y entre besos y caricias y... la pasión se bañará con nuestro sudor, y estaré a tu lado una vez más, sin barreras y sin engaños, y recorreremos el camino del amor, aquel que sólo tú y yo sabemos.




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martes, 20 de agosto de 2019

"Casida de las estrellas", de IBN HANÍ (Muḥammad ibn Hānī ibn Saˁdūn) (ESPAÑA, 927-972, d.n.e.)

"Harén", de J. G. Delincourt

¡Qué bella aquella noche! Desde que nos envió de prisa a su mensajero,
la pasamos contemplando a los Gemelos del Zodíaco en sus orejas, como pendientes.

Y la pasó también con nosotros un copero que se rebelaba contra la oscuridad con su rostro,
candela de aurora, a la que no hay que despabilar y que no se apaga.

Había en su voz un dejo nasal como el runrún de la gacela; era fragante;
la molicie hacía ligero su talle, mientras el licor hacía pesados sus párpados, de abundantes pestañas.

El temblor del vino no le dejó mano,
ni la vejación del curvarse para llenar los vasos, cintura.

Diríase que sus caderas eran un montón de arena sobre el que se cimbreaba la caña del talle:
¿Es que no conocéis la caña y el montón de arena?

Nuestros lechos sirvieron de vestido para nuestro vino, y para cubrirnos,
la tiniebla rasgó sábanas de su piel.

De corazón a corazón se acercaba el amor;
de labio a labio volaba el beso.

Mas, por tu vida, despierta de nuevo al vaso y a los párpados del copero;
que de nuevo está despierto el porrón después de lo que dormitó.

La tiniebla ha comenzado a desanudar sus trabas,
y el ejército de la noche se apresta y se alinea para dar la batalla a la aurora.




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lunes, 19 de agosto de 2019

"Quizá el amor es simplemente esto", de ANTONIO GALA VELASCO (ESPAÑA, 1930-- d.n.e.)

Cuadro de Helena Wierzbicki


Quizá el amor es simplemente esto:
entregar una mano a otras dos manos,
olfatear una dorada nuca
y sentir que otro cuerpo nos responde en silencio.

El grito y el dolor se pierden, dejan
sólo las huellas de sus negros rebaños,
y nada más nos queda este presente eterno
de renovarse entre unos brazos.

Maquina la frente tortuosos caminos
y el corazón con frecuencia se confunde,
mientras las manos, en su sencillo oficio,
torpes y humildes siempre aciertan.

En medio de la noche alza su queja
el desamado, y a las estrellas mezcla
en su triste destino.
Cuando exhausto baja los ojos, ve otros ojos
que infantiles se miran en los suyos.

Quizá el amor sea simplemente eso:
el gesto de acercarse y olvidarse.
Cada uno permanece siendo él mismo,
pero hay dos cuerpos que se funden.

Qué locura querer forzar un pecho
o una boca sellada.
Cerca del ofuscado, su caricia otro pecho exige,
otros labios, su beso,
su natural deleite, otra criatura.

De madrugada, junto al frío,
el insomne contempla sus inusadas manos:
piensa orgulloso que todo allí termina;
por sus sienes las lágrimas resbalan...
Y sin embargo, el amor quizá sea sólo esto:
olvidarse del llanto, dar de beber con gozo
a la boca que nos da, gozosa, su agua
;
resignarse a la paz inocente del tigre;
dormirse junto a un cuerpo que se duerme.




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viernes, 16 de agosto de 2019

"Tu recuerdo", de FRANCISCO VILLAESPESA MARTÍN (ESPAÑA, 1877-1936, d.n.e.)

Cuadro de Helena Wierzbicki

Un «¡espera!», un «¡recuerda!» es cuanto queda
de tu voz en mi oído... ¡todo es eso!
¡Nunca en tus labios floreció mi beso!
¡Jamás mis sueños perfumó la seda

de tus cabellos..! Bajo la arboleda
nos dijimos ¡adiós..! Y en un exceso
de orgullo y de rencor, quitóse el preso
sus cadenas de rosas... ¡Dios conceda

a tu alma la dicha ambicionada!
Yo, en las frías tinieblas de la nada
con pasos de sonámbulo me pierdo...

¡Y aullando de dolor, sobre la arena
del pasado, mi vida es una hiena
devorando el cadáver de un recuerdo!




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jueves, 15 de agosto de 2019

"Soleá del amor indiferente", (ESPAÑA, 1922-1999) de MANUEL BENÍTEZ CARRASCO (ESPAÑA, de

"El beso", de Ramón Sandoval


¿Rencores?... ¿Por qué rencores?
No le va a mi señorío
guardarle rencor a un río
que fue regando mis flores.
Tú me diste los mejores
cristales de tu corriente,
y no sería decente
maldecirte por despecho,
si sé que tienes derecho
a dar o negar la fuente.
Debo estarte agradecido
por tu generosidad;
tú me diste por bondad
lo que yo di por cumplido.
Me brindaste tu latido,
tu boca nunca besada,
tu carne nunca estrenada,
tus ojos siempre empañados
y los potros alocados
de tu amor en llamarada.
Me diste el beso primero
que es el que más atosiga,
y me diste la fatiga
de un cariño verdadero.
Me diste luna y estero,
tu corazón sin celaje,
me diste todo el encaje
de tu caricia en mi pelo,
y me regalaste el cielo
en tus ojos sin paisaje.
Por eso yo, bien nacido,
ni te odio ni te aborrezco,
al contrario, te agradezco
todo lo que me has querido.
No me importa si te has ido
con tu barca hacia otro mar,
que yo no te puedo odiar
por esa mala partida,
ya que odiar es, en la vida,
un cierto modo de amar.
Ni te vengas a mi lado
para pedirme perdón,
el perdón es la razón
de volver a lo pasado,
y lo pasado... acabado,
que pasó... porque pasó.
¡Déjame que viva yo
sin perdón y sin rencores,
porque... por más que me llores
lo nuestro ya se acabó!




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martes, 13 de agosto de 2019

"Siempre ella", de JOSÉ MARÍA HINOJOSA (ESPAÑA, 1904-1936)

"El beso", de Pierre Humeau


Precisamente porque estaba sola
tendida en una rama de la noche
no quise vadear el arco iris
para unir en un beso nuestras voces.

Ella guardaba dentro de sus ojos
una pareja de palomas blancas,
ella tenía dentro de sus párpados
la nieve derretida de sus lágrimas.

Esta noche de seda, cómo cruje
y se hace toda ecos, a mi paso,
ocultando en sus pliegues las palabras
que escapan sin querer de nuestros labios.

Precisamente porque estaba sola
yo me había disuelto con el aire,
dejó volar aquel par de palomas.




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lunes, 12 de agosto de 2019

"Maitines", de ANTONIO GALA VELASCO (ESPAÑA, 1930-- d.n.e.)


Callad, amantes, y ocupad el labio
con el beso.
No pronunciéis palabras vanas
mientras se busca vuestro corazón
en otro pecho, jadeante y pobre
como el vuestro,
ya al filo de la aurora.

Cuando te poseí por vez primera
tocaban a maitines
en el Convento de las Mercedarias.
La tiniebla del aire estremecieron
repentinos palomos alterados.
Titubeante el alma sonreía,
sin comprender por qué, en torno a tu cintura.
Y luego, hasta la alcoba recién inaugurada,
fueron entrando laúdes y alabanzas
que mi alma repetía con orgullo
suavemente en tu oído.

Callad amantes y ocupad
el labio con el beso....




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jueves, 8 de agosto de 2019

"Ve. Ven. Así. Te beso", de RAFAEL ALBERTI MERELLO (ESPAÑA, 1902-1999 d.n.e.).

"Maja sevillana", de José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra


Ven. Ven. Así. Te beso. Te arranco. Te arrebato.
Te compruebo en lo oscuro, ardiente oscuridad,
abierta, negra, oculta derramada golondrina, oh
tan azul, de negra, palpitante. Oh así, así,
ansiados, blandos labios undosos, piel de rosa
o corales delicados, tan finos. Así, así, absorbidos,
más y más, succionados. Así, por todo el
tiempo. Muy de allá, de lo hondo,
dulces ungüentos desprendidos, amados,
bebidos con frenesí, amor hasta desesperados.
Mi único, mi solo, solitario alimento, mi
húmedo, lloviznado en mi boca,
resbalado en
mi ser. Amor. Mi amor. Ay, ay. Me
dueles. Me lastimas. Ráspame, límame, jadéame tú a mí,
comienza y recomienza, con dientes y garganta,
muriendo, agonizando, nuevamente volviendo,
falleciendo otra vez, así por siempre, para
siempre, en lo oscuro, quemante oscuridad,
uncida noche, amor, sin morir y muriendo,
amor, amor, amor, eternamente.



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martes, 6 de agosto de 2019

"Carta", de AL-MUTÁMID DE SEVILLA (Abu l-Qasim al-Mu‘tamid ‘alà Allah Muhammad ibn ‘Abbad) (ESPAÑA, 1040-1095 , d.n.e.)

"Desnudo", de Viviana Vásquez Vega


Te escribo consciente de que estás lejos de mí,
pero en mi corazón anida la congoja de la tristeza.

No escriben los cálamos sino mis lágrimas,
que trazan un escrito de amor sobre la página de la mejilla.

Si no lo impidiera la gloria, te visitaría apasionado y a escondidas, como visita el rocío los pétalos de la rosa.

Te besaría los labios rojos bajo el velo
y te abrazaría del cinturón al collar.

¡Ausente de mi lado, estás junto a mí!
Si de mis ojos estás ausente, no de mi corazón.

¡Cumple la promesa que nos hicimos, pues yo,
tú lo sabes, cumplo mi parte!




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lunes, 5 de agosto de 2019

"El mar llegó contigo", de ANTONIO PORPETTA (ESPAÑA, 1936--, d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Ardieron ya los sándalos", de fecha 1982  d.n.e.




"Ninfa", de Leopoldo G. Andrades
Yo nunca tuve el mar: 
         mi infancia oscura
fue una siesta de cobre en alacenas
donde todo era fuego y jaramago,
donde todo era un rito de orfandades,
de pupilas vacías.

El mar era mi llanto:
         gaviotas en mi frente
me hablaban de esa patria, dibujaban
sus azules fronteras,
su extensa libertad, su luz sonora.

Y yo en mi ausencia,
         niño triste y cansado,
viendo pasar los días.

Pero llegaste tú,
         y el mar llegó contigo.
Traías en tus manos la pulpa de las olas,
brilladora y furtiva, en tu pelo
un rebullir de peces asombrados,
y en tus ojos isleños
como un viento salino que cantara.

Era tu piel de arena, tu cintura
         una tierna bahía,
tus pechos desbocados un refugio
de veleros sin sueño,
hasta en tu voz guardabas
un no sé qué de brújulas y espumas.

Y te acercaste a mí:
         en tus acantilados
yo vi nacer el sol,
me cobijé en tus playas,
aprendí a navegar entre tus islas,
y me encontré la vida buceando
tus simas luminosas.

Yo nunca tuve el mar:
         mi infancia oscura
era un sediento páramo sin nombre.

Pero llegaste tú,
        y el mar llegó contigo
para siempre.


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viernes, 2 de agosto de 2019

"Follamor", de ESCANDAR ALGEET (ESPAÑA, 1984--, d.n.e.)

te acaricio el flequillo como esos visillos de los balcones
que anuncian un paisaje de montañas y hierbas detrás de ellos,
te miro con impaciencia de sueños mientras alerto a mi cuerpo de que
así desnudos
hay riesgo de combustión espontanea.

quemémonos, me digo, con este sudor al borde de la primavera
y este silencio de mirarnos sin tapujos antes de cerrar los ojos
para encontrarnos en el tercer sueño a la izquierda,
callejón sin salida ni ropa, número par al cuadrado, algún poema que me sé de memoria
y te digo al oído.

con las sábanas sucias de nosotros, el despertador no molesta en este momento
y yo te dibujo acrobacias en el pecho
mientras los besos que todavía no te he dado me molestan en la lista de espera de mi boca.

Voy a estropearlo, pienso, pero lo mismo se ríe de mis estropicios
y entonces da igual
porque su risa es un vicio y lo demás sucedáneos.

por eso, me pongo serio y romántico, y con cara de niño bueno
y engatusado (no hay disimulo, te lo advierto)
cambio la letra de la canción
para sentirme más identificado todavía:
cariño,
a veces te follaría
otras en cambio te haría el amor
...

ya te vale, me dice, mira que eres brutito,
y luego se ríe pronosticando lo que viene a continuación
y que yo ahora mismo no sé en qué estrofa clasificarlo,
quizá ni en una
ni en otra
si no en algo (indefinible, ilimitado, no transcribible) que es mucho más
y mejor.




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