lunes, 28 de diciembre de 2020

"La violencia del color", de ROBERTO CRUZ ARZABAL (MÉXICO, 1982-- d.n.e.)

"La sposa dei Sacri Cantici" (1854), de Gaetano Motelli

 
                                        Y tú estabas en medio de todo eso, tocando
                                                            Cristina Rivera Garza

      y es que algo ocurre allí; quiero que me lo confiese la violencia del color
                                                             Cinthya García Leyva


Mirar de nuevo los dobleces
los pliegues o la carne
que devora otra carne

el abrazo se dice también en otra lengua

la partida de ajedrez inacabada en un plano superpuesto
unos ojos que se evitan
se deslucen

se atragantan

viene y va una mano sobre otra

El verde era el color de los verdugos, no aquí sino en su leviatán sonoro; en el cruce de las formas, el equilibrio de los sólidos es inevitable. Se dice, también, que en otra forma caben los restos del lenguaje, se dice que una frase es una puerta pero mienten, quizá sea una rendija o un candado, pero una puerta nunca; la apertura le está dada al balbuceo.

En medio de nosotros, una mesa
que sostiene nuestro juego
nuestras manos que se miran
disimuladamente con las uñas

las uñas son los ojos de los dedos, su glaucoma

una imagen es imagen de sí misma, su contradicción también, también su marco; una imagen que contiene lo que sabe, que lo niega y que se dice

eres mi doble o mi doblez
un pliegue
mapa de mis manos

la ruta que confunde la línea con el trazo

el gris es el color del ajedrez, el encuentro provocado por el jaque
el gris es el color de la mirada en los ojos de los perros
¿De qué color miran los dedos cuando ahogan? ¿De qué color el ojo anal, si acaso mira o se dice en el prolapso? ¿De qué color las manos del amante cuando limpias se atreven a tocar lo que se da?

el verde es el color
el gris la forma
la línea es una nota

a carcajadas

a horcajadas la cabalga entre los dientes
la lengua que habla del color
montada a pelo sobre pelo; un dedo es el jinete
Bilabial, la boca. El beso. El chasquido.
Bilabial también la vulva
la lóbrega plegada hacia su centro

¿Será verde o gris el color de la enramada?

Una imagen sobre otra, se tocan, se contienen; una imagen que se sabe al centro de otra: la violencia del color; una imagen que corta la mirada, que le impide su juntura; la violencia, del color de las imágenes depende la apertura del bastón, canal que se vierte en el desagüe. Una imagen sobre otra, sobrepuesta. La memoria es una imagen que se corta.

La
violencia
del encabal
ga
miento
la sílaba la bi
labial es la montura
beso de las imá
genes tan claras

impostura de la sombra
es la violencia de un color que se parece
a su sonido
verde bilabial o gris

como quien dice



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sábado, 26 de diciembre de 2020

"Como si cada beso", de FERNANDO ANTONIO NOGUEIRA PESSOA (PORTUGAL, 1888-1935 d.n.e.)

"Belleza al claro de luna", de James Sant


Como si cada beso
Fuera de despedida,

Cloe mía, besémonos, amando.
Tal vez ya nos toque
En el hombro la mano que llama
A la barca que no viene sino vacía;
Y que en el mismo haz
Ata lo que fuimos mutuamente
Y la ajena suma universal de la vida.



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lunes, 21 de diciembre de 2020

"Angustia", de STÉPHANE MALLARMÉ (FRANCIA, 1842.1898 d.n.e.)



Desnudo recostado, de Zinaida Serebriakova



Esta noche no vengo a vencer tu cuerpo, oh bestia
en la que se juntan los pecados de un pueblo,
ni a surcar en tu impuro pelo una triste borrasca
bajo el hastío incurable que vierte mi beso:

A tu lecho le pido dormir hondo y sin sueños
cerniéndose bajo el dosel de los remordimientos
que puedes saborear tras tus negras mentiras.
Tú, que sobre la nada sabes más que los muertos.

Porque el Vicio, que roe mi natural nobleza,
me ha como a ti marcado con su esterilidad,
pero mientras que tú guardas en tu seno de piedra

un corazón que el diente de ningún crimen hiere.
Yo huyo, pálido, exhausto, viendo en todo un sudario,
y temiendo morir cuando me acuesto solo.



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viernes, 18 de diciembre de 2020

"Recuerda la olvidada belleza", de WILLIAM BUTLER YEATS (IRLANDA, 1865-1939 d.n.e.)



Al ceñirte en mis brazos,
estrecho contra mi corazón esa belleza
que del mundo hace mucho se marchara:
coronas engastadas que reyes arrojaron
en charcas fantasmales, huyendo los ejércitos;
cuentos de amor tejidos con hebras de seda
por soñadoras damas en telas que nutrieron la polilla asesina:
rosas de tiempos idos
que las damas tejieron en sus pelos;
lirios fríos de rocío que las damas portaron
por tanto corredor sagrado,
adonde tales nubes de incienso se elevaban
que sólo Dios estaba con los ojos abiertos:
ya que el pálido pecho, la mano demorada,
nos llegan de otras tierras más pesadas de sueño,
y también de otra hora más pesada de sueño.
Y cuando tú suspiras entre besos
escucho la blanca Belleza también suspirando

por aquella hora cuando todo
deberá consumirse cual rocío.
Mas llama sobre llama y hondura sobre hondura,
y trono sobre trono y medio en sueños,
posadas sus espadas en sus férreas rodillas,
tristemente cavilan sobre grandes misterios solitarios.




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miércoles, 16 de diciembre de 2020

"Canción serena", de VICTORIANO CREMER ALONSO (ESPAÑA, 1906-2009 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Nuevos cantos de vida y esperanza", de fecha 1951  d.n.e.



Un día puro, alegre, libre quiero.
Fray Luis de León

No me dejéis así:
Sorbido por la tierra
hondísima y vibrante como el clamor penúltimo;
con este olor maduro de soles y horizontes
abriéndome en el pecho un surco luminoso.

No es que el cuerpo me suene a cristal derramado
ni que diez corazones me alanceen las yemas,
ni que cielos redondos agolpen sus rebaños
a mis ojos mastines, ladradores de cimas.

Es que un mar fugitivo rinde velas y senos
y pétalos y espumas en la gozosa playa
donde el rumor se atreve a mancillar la sombra.
¡Y se me ciegan labios y gritos y pupilas!

Es que siento que el aire es de carne dulcísima
y la luz sólo luz. Que el contorno me huye
a bandadas blanquísimas de palomas y lirios
y me abandonan manos y dientes y melenas.

¡No! ¡No me dejéis así! Moriría desnudo
sin sentirme morir.

Y mi pobre vestido, con su sangre caliente,
se hundiría, esperando mi imposible retorno.




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lunes, 14 de diciembre de 2020

"La noche le es propicia", de JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO GAY (ESPAÑA, 1928-1999 d.n.e.)

Venus dormida, de Luca Giordano



Todo fue muy sencillo:
ocurrió que las manos
que ella amaba,
tomaron por sorpresa
su piel y sus cabellos;
que la lengua
descubrió su deleite.

¡Ah! detener el tiempo!
Aunque la historia
tan sólo ha comenzado
y sepa que la noche
le es propicia,
teme que con el alba
continúe su sed
igual que siempre.
Ahora el amor la invade
una vez más. ¡Oh tú
que estás bebiendo!
Apiádate de ella,
su garganta está seca,
ni hablar puede.
Pero escucha su herido,
respira la agonía
de un éxtasis y el ruego:
¡no te vayas, no, no te vayas.
¡Quiero beber yo!




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jueves, 10 de diciembre de 2020

"Hemos sido felices durante muchos días", de NAPOLEÓN BONAPARTE (FRANCIA, 1769-1821 d.n.e.)


Carta de Napoleón Bonaparte a Josefina de Beauharnais.


Marie-Josèphe-Rose Tascher de la Pagerie (1763-1814),
casada con Napoleón Bonaparte en 1796, fue desde 1804 emperatriz de Francia.
 


Marmirolo, 29 mesidor, nueve de la noche (17 de julio de 1796) 

 He recibido tu carta, mi adorable amiga, que ha llenado mi corazón de júbilo.Agradezco tus esfuerzos por enviarme noticias tuyas. Tu estado de salud debe haber mejorado. Tengo la certeza de que ya estás curada. Te aconsejo encarecidamente que montes a caballo, convencido de que te sentará muy bien.

Desde que te dejé, he estado constantemente triste, mi felicidad reside en estar cerca de ti; mi memoria evoca a cada instante tus besos, tus lágrimas, tus cariñosos celos, y los encantos de la incomparable Josefina reavivan sin cesar una llama viva y ardiente en mi corazón y mis sentidos. ¿Cuándo podré, liberado de toda inquietud, de toda contienda pendiente, pasar todo mi tiempo en tu compañía, y no pensar en otra cosa sino en amarte y disfrutar de la dicha de decírtelo y demostrártelo? Haré que te envíen tu caballo; aunque confío que puedas reunirte conmigo muy pronto.

Hace algunos días creía amarte, pero después de haberte visto, siento que te amo mil veces más. Desde que te conozco, te adoro cada día un poco más: lo que demuestra cuán falsa es la máxima de La Bruyère sobre que «el amor llega de golpe». Todo en la naturaleza sigue su curso y adquiere diferentes grados de crecimiento. ¡Ah! Te lo suplico, permíteme descubrir algunos de tus defectos; sé menos bella, menos graciosa, menos tierna y, lo que es más importante aún, menos buena; pero, sobre todo, no tengas nunca celos, no llores jamás, tus lágrimas me nublan la razón, inflaman mi sangre.

Créeme cuando digo que escapa de mi control tener un pensamiento que no vaya dirigido a ti, una idea que no te pertenezca.

Descansa bien, restablece pronto tu salud. Ven a reunirte conmigo, y así al menos antes de morir podremos decir: «Hemos sido felices durante muchos días».

Millones de besos para ti y también para Fortuné, a pesar de su maldad.

BONAPARTE



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miércoles, 9 de diciembre de 2020

"ASÍ FUE LO DE NOSOTROS", de Paulino González y Juan Rafael Pérez-Vera, interpretado por SENDEROS (ESPAÑA, 1997 d.n.e.)

Sevillana perteneciente al álbum "Toreando al tiempo", de fecha 1997  d.n.e., del grupo SENDEROS (formado por Manuel Ramos, Miguel Ángel y José Antonio Gallardo)




I
Yo era libre desde siempre
sin saber de ti
hasta un día de septiembre
que te vi.

ESTRIBILLO:
Y así fue lo de nosotros,
un encuentro como otro,
dos miradas,
flechazo y amor de paso;
nada.


II
Nuestro amor fue un sentimiento
que el tiempo borró,
nuestro amor fue como un sueño
que no se cumplió.


ESTRIBILLO:
Y así fue lo de nosotros,
un encuentro como otro,
dos miradas,
flechazo y amor de paso;
nada.


III
La pasión se hizo costumbre
y el cariño aquel
se apagó como una lumbre
que no pudo arder.


ESTRIBILLO:
Y así fue lo de nosotros,
un encuentro como otro,
dos miradas,
flechazo y amor de paso;
nada.


IV
Y otro día de septiembre
volvimos los dos
a ser libres como siempre
sin amor.

ESTRIBILLO:
Y así fue lo de nosotros,
un encuentro como otro,
dos miradas,
flechazo y amor de paso;
nada.



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martes, 8 de diciembre de 2020

"BESOS DE DOMINGO, de SILVIA SOLER IGUASCH (ESPAÑA, 1961--, d.n.e.)

Fragmento perteneciente a la novela "Besos de Domingo", de fecha 2008  d.n.e.


12 de febrero de 1949
Residencia de las Teresianas


¡Ha venido Quimet! Después de una semana estudiando día y noche, el Señor se ha compadecido de mí y me ha hecho este regalo. A las ocho de la mañana me han llamado por teléfono y Quim me ha dicho que estaba en Barcelona. ¡Dios mío, qué alegría!

Me he vestido en un santiamén, pero con mucho cuidado, para estar muy elegante para él: me he puesto una falda azul marino, el niqui beis y la chaqueta azul celeste; abrigo y zapatos azul marino, el pañuelo de gasa, guantes blancos y bolso de charol.

Cuando nos hemos encontrado nos hemos emocionado tanto, nos hemos puesto tan nerviosos, tan contentos, que hablábamos los dos a la vez, nos callábamos al mismo tiempo, nos echábamos a reír y volvíamos a hablar los dos al mismo tiempo.

Íbamos tranquilamente por la calle Aribau, cogidos del brazo, y nos hemos cruzado con Guardiola, un vecino de mis padres. Hemos hecho como si no lo viéramos y él no ha dicho nada, pero estoy segura de que también nos ha visto. Me da tanto miedo pensar en las consecuencias que puede tener este encuentro inoportuno…

Hemos ido a Montjuïc y hemos visto Barcelona, gris y turbia, a nuestros pies. Soplaba un aire helado y húmedo, y nos hemos refugiado enseguida en un restaurante y, de paso, hemos comido algo. Hemos ocupado una mesita pequeña y redonda junto a la ventana, con el invierno fuera, y Quim me ha mirado como no lo había hecho nunca. «Te quiero», le he dicho sin pensar. Cuando he empezado a sonrojarme me ha dado un beso largo en la mejilla.

Después de comer solo nos quedaba tiempo para ir a la estación, porque él tenía que coger el tren. Ha empezado a llover y, protegidos con el paraguas, he sentido una intimidad especial. Cuando le he dicho que me habían puesto dos sobresalientes más, me ha obligado a pararme y, sin más ni más, me ha besado en los labios. La alegría se me ha subido a las mejillas y he vuelto a sonrojarme, pero se me ha pasado enseguida porque estaba segura de que el beso había durado más de un segundo, como dice el confesor, así que mañana tendré que confesarme y me va a dar mucha vergüenza…

El día se me ha hecho muy corto y, cuando se lo he dicho, se ha puesto muy serio y me ha contestado: «Sí. Hoy haría un disparate». «¿Un disparate?», he preguntado. «Sí, me casaría contigo ahora mismo, esta misma tarde».

Yo también me habría casado y así habríamos podido ir a nuestra casa a protegernos del frío y a descansar tranquilamente, sentados en el sofá, sin tener que mirar el reloj. Cuando nos hemos despedido, con dos besos, me ha costado mucho separarme de él, como si nuestros cuerpos fueran imanes.

Cada vez me cuesta más.

Por la noche me he puesto triste sin remedio. Mi estado de ánimo ha decaído, ha empezado a adelgazar hasta quedarse como una cáscara de cebolla. Solo tengo ganas de llorar. Sin él estoy sola y desamparada. Quiero estar con él, pero tengo remordimientos. Quiero estar con él, pero quiero estudiar. Quiero estar con él.


*********


Barcelona, octubre de 1949
Residencia de las Teresianas


La última visita de Quim ha estado a punto de acabar como el rosario de la aurora. Todo había ido muy bien por la tarde, con sus novedades en la farmacia y el relato de sus trabajos en la vieja masía de Can Jordà, donde ha encontrado una consola isabelina de nogal que le han vendido por dos reales…

Pero ha llegado el momento de despedirnos, el momento que todos tememos y deseamos a la vez. Lo esperamos impacientes porque es el momento del beso. Son mis normas, es decir, las normas que yo tengo que cumplir si no quiero tener que confesarme cada vez que salimos. «Un beso breve y casto para despedirse es lo único que le está permitido», dice el confesor.

Y yo se lo digo a Quim. Y Quim protesta, pero lo acepta. Es tan creyente como yo, pero solo va a confesarse cuando le parece necesario. No tiene un seguimiento tan estricto como yo con el padre de la residencia.

Hoy me ha dado un beso de despedida, pero lo ha alargado más de la cuenta. Ni uno, ni dos, ni tres segundos. Ha sido mucho más largo. Se estaba tan bien que yo tampoco me he echado atrás, pero en cuanto nos hemos separado he empezado a arrepentirme y a recriminárselo a Quim. Y se ha enfadado, y me ha dicho que le parece una tontería tener que contar los segundos que dura un beso. Que nos besamos porque nos queremos y que no puede ser nada malo.

Ha subido al tren un poco enfadado y a mí se me han llenado los ojos de lágrimas. Se ha asomado por la ventanilla y ha dicho: «Anda, no llores».

Mañana voy a confesarme.




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miércoles, 2 de diciembre de 2020

"Dulce amor", de VICTORIANO CRÉMER ALONSO (ESPAÑA, 1906-2009 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "El amor y la sangre", de fecha 1966  d.n.e.



«…Encerrados vivimos. La costumbre
levanta muros, aprisiona cielos,
esparce sones, crucifica rosas,
limita los caminos…»
VC

Las cosas suceden así,
sencillamente

Vuelven del trabajo
con sabor de cal viva entre los dientes.
La esposa les contempla con costumbre.
─¿Quién dice amor, si la palabra estalla?─.

Y cogen del pan,
como si fuera barro y arena,
un puñado tan sólo.
(Es pan de pobres, desalado y negro
y triste como el silencio de la casa toda.)

Y se marchan.

(La esposa les oye cerrar la puerta,
pero no dice nada. ¡Está tan cansada!
Prefiere aquella fría soledad
con olor de abandono.

Pudiera recordar su juventud y dormir,
pero ¿quién sueña o duerme?
Los pobres no recuerdan;
mueren como las piedras roídas de las murallas.

Ellos, en tanto, beben
un agrio vino con sabor de azufre;
y si ríen y gritan y golpean,
es porque ─¡Dios, qué vida!─
da rabia beber sin alegría.

Acaso entonces lleguen hombres
de esos que velan por la paz de las familias,
y les hablen del dulce amor de las esposas
y del descanso junto al fuego,
escuchando, por la radio, una dulce canción,
mientras los niños buscan en el atlas
países coronados de yedras o corales…

Si esto sucede, gritan con más fuerza
y beben más vino agrio con sabor de azufre,
hasta que ya no saben dónde tienen los ojos,
ni por qué les duele el corazón.

Les arrojan con prisa.
La calle es larga, y en el firmamento
las estrellas relucen.

Regresan a la casa ─¡oh dulce hogar!─ llorando.
La esposa les contempla con costumbre.
─¿Quién dice amor, si la palabra estalla?

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lunes, 30 de noviembre de 2020

"Ojos en cuyo ataque ", de Abu Ishaq Ibrahim IBN SAHL al-Isra'ili al-Ishbili (DE SEVILLA) (AL-ANDALUS, ESPAÑA, 1212-1251 d.n.e.)




Ojos en cuyo ataque las seducciones
tienen la mejor parte,
disparáis y todo yo soy vulnerable
a vuestras flechas certeras.

Los consejos del censor se oyen
mas no se aceptan.

Amo su rostro de aurora,
su saliva como el vino y sus ojos como corza;
es una gacela y su boca es una margarita
como las que pastan en el desierto
.

Gacela, toma mi corazón como morada,
pues eres forastera entre los hombres,
y pasta en mí, pues son mis lágrimas agua fresca
y mis entrañas, fértiles prados.

Entre sus labios rojos y sus ojos negros
están la vida y la muerte;

las aguas de la timidez riegan
en su mejilla la rosa de la vergüenza
que planto yo con la mirada
y recojo con la esperanza.

En sus lánguidos ojos vive un sueño,
que hace velar a los ojos del melancólico
y en su cadera, una rotundidad
que agudiza la inteligencia del prudente.

Lleva hacia el ardor del reproche
los dientes de granizo de su boca y se encienden;
si la besase, mis suspiros
derretirían ese hielo.

Dobla su cuello de muchacha de turgente pecho
al que no adorna más que la esbeltez;
por la esquivez de esta gacela de voz melodiosa
y por el cimbrear de esta rama flexible
corre el arroyo de mis lágrimas y se inclina mi talle.

¿Eres acaso una hurí que ha enviado Ridwan
como prueba de la existencia del paraíso?
Los corazones se rompen por tu causa
y dice: No es un ser humano.

La dicha es una enferma que ha muerto
por culpa de la distancia, madre de las penas;
purifican mi amor las aflicciones,
¡las cosas del amor son bien extrañas!

Diríase que mi pasión es sándalo
que con el fuego de la ausencia expande su perfume;
es tu hermosura extraordinaria,
como también mi llanto es excesivo.

La pasión para mí es un todo unido,
mientras mis lágrimas se dispersan.
Escucha a un esclavo obediente
Que canta para que desobedezcas a los espías.

Este espía, ¡que mal pensado!
¿y qué si el hombre levanta sospechas?
Señora mía, ¡ea, hagamos
eso que piensa el espía!



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sábado, 28 de noviembre de 2020

"Te seguí hasta la puerta", de IBN SUHAYD DE CÓRDOBA (ESPAÑA, AL-ANDALUS, 992-1035 d.n.e.)

Musa desnuda, de Juan Carlos Boveri



Te seguí hasta la puerta
abierta de tu guarida
Y te até con la brida
de mi pasión encubierta.

Entraste en mi boca abierta,
pena llena de mi vida,
y vaciaste la herida
que tu amor en mí despierta.

Tu cuerpo es mi trofeo.
Fuiste dócil al bocado
con que chupé tu legado.

Bebí del pozo del deseo
sin vileza del pecado,
sino amor y ser amado.



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viernes, 27 de noviembre de 2020

"Mi paloma se lamenta", de YEHUDAH BEN SAMUEL HA-LEVÍ (ESPAÑA, AL-ANDALUS, 1070-1141 d.n.e.)

Mujer con palomas, de Magda Pinto García


Mi paloma se lamenta
pensativa y quejosa
que en su vasija preciosa
el vino no se fermenta.

Blanca paloma sedienta
bésala, mi boca ociosa,
que es tu joya más preciosa,
y verás que te contenta.

Porque mi boca es de menta
y tu copa de aguardiente
ábrela, mi boca ardiente,

viértela en mi labio, lenta
ella, cuya amarga absenta
saboreo dulcemente.



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lunes, 16 de noviembre de 2020

"Soneto LXXX: De viajes y dolores yo regresé, amor mío", de PABLO NERUDA, seudónimo de RICARDO ELIÉCER NEFTALÍ REYES BASOALTO) (CHILE, 1904-1973 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "Cien sonetos de amor", de fecha 1959 d.n.e.

"Anhelo", de Luis Serrano



De viajes y dolores yo regresé, amor mío,
a tu voz, a tu mano volando en la guitarra,
al fuego que interrumpe con besos el otoño,
a la circulación de la noche en el cielo.

Para todos los hombres pido pan y reinado,
pido tierra para el labrador sin ventura,
que nadie espere tregua de mi sangre o mi canto.
Pero a tu amor no puedo renunciar sin morirme.

Por eso toca el vals de la serena luna,
la barcarola en el agua de la guitarra
hasta que se doblegue mi cabeza soñando:

que todos los desvelos de mi vida tejieron
esta enramada en donde tu mano vive y vuela
custodiando la noche del viajero dormido.



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"Soneto XX: Los hoyuelos de Lesbia", de JUAN NICASIO GALLEGO (ESPAÑA, 1777-1853)


Arantza Sestayo



Cruzaba el hijo de la cipria diosa
solo y sin venda la floresta umbría
cuando, al pie de un rosal, vio que dormía
al blando son del mar mi Lesbia hermosa;

y al ver pasmado que su faz graciosa
los reflejos del alba repetía,
tanto se deslumbró que no sabía
si aquello era mejilla o era rosa.

Alargó el dedo el niño entre las flores
y en ambos lados le aplicó a la bella,
formando dos hoyuelos seductores.

¡Ay, que al verla reír, la dulce huella
del dedo del amor mata de amores!
¡Feliz el que su boca estampe en ella!




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viernes, 13 de noviembre de 2020

"Soneto: Te me mueres de casta y de sencilla", de MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT (ESPAÑA, 1910-1942 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "El rayo que no cesa", de fecha 1934-1935  d.n.e.



Te me mueres de casta y de sencilla:
estoy convicto, amor, estoy confeso
de que, raptor intrépido de un beso,
yo te libé la flor de la mejilla.

Yo te libé la flor de la mejilla,
y desde aquella gloria, aquel suceso,
tu mejilla, de escrúpulo y de peso,
se te cae deshojada y amarilla.

El fantasma del beso delincuente
el pómulo te tiene perseguido
,
cada vez más potente, negro y grande.

Y sin dormir estás, celosamente,
vigilando mi boca ¡con qué cuido!
para que no se vicie y se desmande.




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lunes, 2 de noviembre de 2020

“Toco tu boca”, de JULIO F. CORTÁZAR DESCOTTE (Argentina, 1914-1984 d.n.e.)







Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca,
voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.



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sábado, 31 de octubre de 2020

"Nocturno a Rosario", de MANUEL ACUÑA NARRO (Méjico, 1849-1873 d.n.e.)

Poema dedicado a Rosario de la Peña y Llerena.

"Amaneciendo", de Steve Hanks


I

¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

II

Yo quiero que tú sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no sé ni dónde
se alzaba el porvenir.

III

De noche, cuando pongo
mis sienes en la almohada
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho,
y al fin de la jornada
las formas de mi madre

se pierden en la nada
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.

IV

Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
y te amo y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.

V

A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y hundirte en mi pasión,
mas si es en vano todo
y el alma no te olvida,
¿qué quieres tú que yo haga,
pedazo de mi vida?
¿Qué quieres tu que yo haga
con este corazón?

VI

Y luego que ya estaba
concluído tu santuario,
tu lámpara encendida,
tu velo en el altar;
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta alla a lo lejos
la puerta del hogar...

VII

¡Qué hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma,
los dos un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Dios!

VIII

¡Figúrate qué hermosas
las horas de esa vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida;
y al delirar en ello
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más por ti.

IX

¡Bien sabe Dios que ese era
mi mas hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
bajo el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!

X

Esa era mi esperanza...,
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!



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jueves, 15 de octubre de 2020

"Mi beso es muchedumbre", de JOSEFINA PLÁ GUERRA (ESPAÑA, 1909-1999, d.n.e.)




Mi beso es muchedumbre.
Con él te sellan siglos y estaciones,
te condecoran légamos y nubes.
Se reencuentran en él
los valles con la cumbre:
el ojo del pavón con la amapola.
Mi beso es una escala por donde un mundo sube.
En él
se juntan
rugidos y laúdes;
cigarras y serpientes,
abejas y escorpiones se confunden.
En él están Lázaro y Judas,
mártires y asesinos su médula resumen.
Arden en él los que vivir esperan:
los que esperan matar, en él se encubren.
Mi beso es horca, es látigo, es cadena.
Mi beso es muchedumbre.

El puñal del rufián, la espada del valiente,
en él juntan relámpagos y herrumbres
Cuando digo besar, digo legiones.
Y el nombre de mi beso es muchedumbre.




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miércoles, 30 de septiembre de 2020

"El beso", de ANTÓN CHÉJOV (UCRANIA, 1860-1904, d.n.e.)

Cuento publicado en "Tiempo Nuevo", núm. 4238 (15-12-1887) y luego en "Cuentos", de fecha   1888   d.n.e.




El veinte de mayo a las ocho de la tarde las seis baterías de la brigada de artillería de la reserva de N, que se dirigían al campamento, se detuvieron a pernoctar en la aldea de Mestechki. En el momento de mayor confusión, cuando unos oficiales se ocupaban de los cañones y otros, reunidos en la plaza junto a la verja de la iglesia, escuchaban a los aposentadores, por detrás del templo apareció un jinete en traje civil montando una extraña cabalgadura. El animal, un caballo bayo, pequeño, de hermoso cuello y cola corta, no caminaba de frente sino un poco al sesgo, ejecutando con las patas pequeños movimientos de danza, como si se las azotaran con el látigo. Llegado ante los oficiales, el jinete alzó levemente el sombrero y dijo:

-Su Excelencia el teniente general Von Rabbek, propietario del lugar, invita a los señores oficiales a que vengan sin dilación a tomar el té en su casa…

El caballo se inclinó, se puso a danzar y retrocedió de flanco; el jinete volvió a alzar levemente el sombrero, y un instante después desapareció con su extraña montura tras la iglesia.

-¡Maldita sea! -rezongaban algunos oficiales al dirigirse a sus alojamientos-. ¡Con las ganas que uno tiene de dormir y el Von Rabbek ese nos viene ahora con su té! ¡Ya sabemos lo que eso significa!

Los oficiales de las seis baterías recordaban muy vivamente un caso del año anterior, cuando durante unas maniobras, un conde terrateniente y militar retirado los invitó del mismo modo a tomar el té, y con ellos a los oficiales de un regimiento de cosacos. El conde, hospitalario y cordial, los colmó de atenciones, les hizo comer y beber, no les dejó regresar a los alojamientos que tenían en el pueblo y les acomodó en su propia casa. Todo eso estaba bien y nada mejor cabía desear, pero lo malo fue que el militar retirado se entusiasmó sobremanera al ver aquella juventud. Y hasta que rayó el alba les estuvo contando episodios de su hermoso pasado, los condujo por las estancias, les mostró cuadros de valor, viejos grabados y armas raras, les leyó cartas autógrafas de encumbrados personajes, mientras los oficiales, rendidos y fatigados, escuchaban y miraban deseosos de verse en sus camas, bostezaban con disimulo acercando la boca a sus mangas. Y cuando, por fin, el dueño de la casa los dejó libres era ya demasiado tarde para irse a dormir.

¿No sería también de ese estilo el tal Von Rabbek? Lo fuese o no, nada podían hacer. Los oficiales se cambiaron de ropa, se cepillaron y marcharon en grupo a buscar la casa del terrateniente. En la plaza, cerca de la iglesia, les dijeron que a la casa de los señores podía irse por abajo: detrás de la iglesia se descendía al río, se seguía luego por la orilla hasta el jardín, donde las avenidas conducían hasta el lugar; o bien se podía ir por arriba: siguiendo desde la iglesia directamente el camino que a media versta del poblado pasaba por los graneros del señor. Los oficiales decidieron ir por arriba.

-¿Quién será ese Von Rabbek? -comentaban por el camino-. ¿No será aquel que en Pleven mandaba la división N de caballería?

-No, aquel no era Von Rabbek, sino simplemente Rabbek, sin von.

-¡Ah, qué tiempo más estupendo!

lunes, 21 de septiembre de 2020

“Para llevarte a vivir”, canción de Francisco JAVIER RUIBAL de Flores Calero (ESPAÑA, 1955--, d.n.e.)

Canción perteneciente al álbum "Lo que me dice tu boca", de fecha 2005  d.n.e.



De lo dicho sin pensar,
de lo que callo y no digo,
de las cosas por pasar,
de las trampas del azar,
de las cartas del destino...,
tengo un lápiz colora'o
con un librito guarda'o
para escribirlo contigo.

Si la suerte inoportuna
te jugara una encerrona,
si no hay salida ninguna,
si la gracia y la fortuna
se apartan de tu persona...,
tengo un farolillo verde
por si de noche te pierdes
y la luna te abandona.

Tengo la rosa de oriente,
el oro del sol naciente
y lo que quieras pedir.
Tengo el mapa del tesoro,
tengo el palacio del moro,
para llevarte a vivir.

De todo lo que besé,
no doy beso por perdido,
pa' que me vuelva a morder
con la locura de ayer
tu boca contra el olvido.
Guardo un beso de reserva
para rodar por la hierba
cuando te vengas conmigo.

El sur que te prometí
tiene al sur otra frontera:
las cuerdas de mi laúd
siguen buscando la luz
más al sur de la quimera.
Tengo una playa desierta
y una calesa en la puerta
para lucirme a tu vera.

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lunes, 7 de septiembre de 2020

" Si nunca despertaste en sobresalto", de JOSÉ LUIS SAMPEDRO SÁEZ (ESPAÑA, 1917-2013 d.n.e.)

Desnudo, de Catherine Abel

Poema perteneciente al libro "La vieja sirena", de fecha 1990  d.n.e.

Si nunca despertaste en sobresalto
febril, precipitándote hacia el lado
vacío de tu lecho, tanteándolo
con manos que se obstinan vanamente
contra implacable ausencia.

Si no sentiste entonces la muerte
desgarrándote en vida y agrandando
el vacío entre tus venas inflamado,
el vano apartamiento de tus muslos,
el ansia de tu sexo.

Si no rompió tu voz ese gemido
que acuchilla la turbia madrugada...
es que en tu corazón no ardía la hoguera
que llamamos amor.

En ella me consumo y es mi grito
tu nombre: a ti me abro en carne viva.
Mi piel muere en espera de la tuya,
mi sexo late con ansiosa boca
de pez en la agonía.

Y al no llegar tus labios con tu bálsamo
ni el fuego sosegante de tu lengua

mi mano se fatiga inútilmente
en estéril caricia...

Porque tan sólo tú tienes las alas
para el vuelo que mata y da la vida.




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viernes, 4 de septiembre de 2020

"Voy a arraigar en ti", de ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN MORÁN DE LOREDO (ESPAÑA, 1905-1999)

"Sol ardiente de junio", de Frederic Leighton

Poema perteneciente al libro "Cántico inútil", de fecha 1936  d.n.e.

Voy a a arraigar en ti. Mis fuerzas más oscuras
remueven lentamente la tierra de tu alma.
Quisiera penetrarte y enraizar mi esencia
sobre la carne viva que nutre tu fervor.

Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre
el fuego de la mía rebelde y soñadora.
Invadido por mí, derribarás la cumbre
que te aleja del cielo.

¿No sientes mis raíces? Tu tallo florecido,
ebrio de sí, eterniza mi cálida fragancia.
¡Irguiéndolo alzarás la copa de mi frente,
hasta volcar su zumo en los labios del sol!




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jueves, 3 de septiembre de 2020

"El jardín de las delicias", de ANA ROSETTI (seud. de Ana María Bueno de la Peña) (España, 1950--, d.n.e.)


Poema perteneciente al libro "los devaneos de Erato", de fecha 1981  d.n.e.



Flores, pedazos de tu cuerpo;
me reclamo su savia.
Aprieto entre mis labios
la lacerante verga del gladiolo.

Cosería limones a tu torso,
sus durísimas puntas en mis dedos
como altos pezones de muchacha.
Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja
y es una caracola.

Ella sabe a tu leche adolescente,
y huele a tus muslos.
En mis muslos contengo los pétalos mojados
de las flores. Son flores pedazos de tu cuerpo.




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miércoles, 2 de septiembre de 2020

"Aquí están todas las rosas encarnadas del deseo", de GABRIEL MÚGICA CELAYA (ESPAÑA, 1911-1991 d.n.e.)


Poema perteneciente al libro "Marea del silencio", de fecha 1935  d.n.e.




XXX.

¡Aquí están todas las rosas encarnadas del deseo!
Allí la luna, callada,
blanca y estéril, mirando,
espejo vuelto a si mismo,
su perfección de Narciso:
soledad en aguas blancas
de lo blanco quieto y frío.

Dura o sin sangre, tranquila,
se está mirando a sí misma,
mientras rosas encarnadas,
pulpa y amor, carne viva,
bajo una brisa caliente
se desmayan de delicia.

Con los ojos en la luna,
bajo los pies, rosas rojas,
estoy esperando, quieto,
que tú, que yo mismo venga
sigiloso por la espalda,
con la sorpresa de un beso
blanco y verde de silencio ;
que tú, que yo mismo venga
con un beso
muerto de puro perfecto.




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martes, 1 de septiembre de 2020

"Carnal fuego amoroso", de JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD (ESPAÑA, 1926--, d.n.e.)

"Ángel oscuro", de Douglas Hofmann


Amor, primera forma de vivir, escucha:
¿eres tú la tristeza que enciende mi destino,
o acaso sólo existes desde un ser que sonríe
mientras tiemblan sus ojos esperando en los míos remansarse?

Yo no sé si te tuve, ¡oh amor! , dulce manera de luchar,
no sé siquiera si alguna vez
tus vigentes, iniciadas, estremecidas manos
tejieron en mi piel su táctil alegría.

Un día -lo recuerdo lo mismo
que si ahora en mi pecho me llegara el instante-,
creyó mi corazón que tú lo restañabas,
que tú te debatías dentro ya de mi cuerpo,
doblándome la carne, derrotándola en dichas,
contra la humana tierra de un país hermosísimo.
Pero escúchame, amor, carnal fuego armonioso,
escúchame no quieto, no tendido a mis plantas,
sino allí donde reinas, donde en vuelo dominas,
¿eras tú quien entonces refulgía en mi boca
desde otro ser que, amante, me centraba en el gozo?

Oh, no, no, tú no puedes oírme, tú no puedes hablarme,
porque aquello que el hombre más quisiera saber
responde siempre mudo dentro de su belleza.
Pero yo sí respiro los aires que tú sorbes;
sé que eres un pájaro que entre nubes desciende
hasta el lumbror premioso de los trinos,
o tal vez esta rosa familiar, llameante,
que derrama en sus pétalos tanta gloria de savias.
Estás allí, lo sé, bajo la tarde núbil,
bajo la noche y la mañana que por ti, brilladoras, renacen,
en los vientos que marchan y regresan un día
trayendo el mismo aroma virginal de las cumbres.
Y aquí, sobre esta humana vocación de ser piedra,
también es tu presencia la que late,
también es tu ternura, tu flagrante dominio,
el que enflora de vida los pechos que te ignoran.
Tú eres la luz de un paraíso donde el dolor se acuña
al gozo de unos cuerpos que, ávidos, se estrechan,
que, temblando, se aman bajo copiosos árboles
en cuya fronda un trino se extasía,
sobre la hierba ,dulce abatida por un peso de dioses.

Oh amor, carnal fuego armonioso, escucha:
escúchame la voz que por ti besa,

remózame las manos que acarician teniéndote ceñido,
abrígate en mi pecho donde tú palpitando me sostienes,
dame siempre tu forma, amor, tu celeste materia iluminada,
esa embriaguez con la que un cuerpo dentro de otro agoniza
por hundir en lo eterno la identidad humana.



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domingo, 30 de agosto de 2020

"Liquidación de saldos", de JULIO F. CORTÁZAR DESCOTTE (Argentina, 1914-1984 d.n.e.)


Me siento morir en ti, atravesado de espacios
que crecen, que me comen igual que mariposas
hambrientas.

Cierro los ojos y estoy tendido en tu memoria,
apenas vivo,
con los abiertos labios donde remonta el río del
olvido.

Y tú, con delicadas pinzas de paciencia me
arrancas los dientes, las pestañas, me desnudas
el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio
y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose.

Transparente, aguzado, entretejido de aire
floto en la duermevela, y todavía
digo tu nombre y despierto acongojado.

Pero te esfuerzas y me olvidas,
yo soy apenas la burbuja
que te refleja, que destruirás
con sólo un parpadeo.




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viernes, 28 de agosto de 2020

"Búscame en ti", de ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN MORÁN DE LOREDO (ESPAÑA, 1905-1999)


Poema perteneciente al libro "Cántico inútil", de fecha 1936  d.n.e.



Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.

Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.

Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.

Ahoga entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.





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lunes, 17 de agosto de 2020

"Espera", de JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD (ESPAÑA, 1926--, d.n.e.)

Desnudo, de Anne-Christine Roda


Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,

de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.




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miércoles, 29 de julio de 2020

"Tus gritos y mis gritos en el alba", de GABRIEL MÚGICA CELAYA (ESPAÑA, 1911-1991 d.n.e.)


Poema perteneciente al libro "Marea del silencio", de fecha 1935  d.n.e.




II.

Tus gritos y mis gritos en el alba.
Nuestros blancos caballos corriendo
con un polvo de luz sobre la playa.

Tus labios y mis labios de salitre.
Nuestras rubias cabezas desmayadas.

Tus ojos y mis ojos,
tus manos y mis manos.
Nuestros cuerpos
escurridizos de algas.

¡Oh amor, amor!
Playas del alba.



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jueves, 23 de julio de 2020

"Suplantaciones", de JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD (ESPAÑA, 1926--, d.n.e.)

"Conjugación de mi última máscara", de Merlina Mendoza.jpg


Unas palabras son inútiles y otras
acabarán por serlo mientras
elijo para amarte más metódicamente
aquellas zonas de tu cuerpo aisladas
por algún obstinado depósito
de abulia, los recodos
quizá donde mejor se expande
ese rastro de tedio
que circula de pronto por tu vientre,

y allí pongo mi boca y hasta
la intempestiva cama acuden
las sombras venideras, se interponen
entre nosotros, dejan
un barrunto de fiebre y como un vaho
de exudación de sueño
y otras cavernas vespertinas,

y ya en lo ambiguo de la noche escucho
la predicción de la memoria:
dentro de ti me aferro
igual que recordándote, subsisto
como la espuma al borde de la espuma
mientras se activa entre los cuerpos
la carcoma voraz de estar a solas.




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martes, 21 de julio de 2020

"Los cisnes. X. El verso sutil que pasa o se posa", poema en prosa de RUBÉN DARÍO (seud. de Félix Rubén García Sarmiento) (NICARAGUA, 1867-1916)

Poema perteneciente al libro "Cantos de vida y esperanza", de fecha 1905  d.n.e.



El verso sutil que pasa o se posa
sobre la mujer o sobre la rosa,
beso puede ser, o ser mariposa.

En la fresca flor el verso sutil;
el triunfo de Amor en el mes de Abril:
Amor, verso y flor, la niña gentil.

Amor y dolor. Halagos y enojos.
Herodías ríe en los labios rojos.
Dos verdugos hay que están en los ojos.

¡Oh, saber amar es saber sufrir,
amar y sufrir, sufrir y sentir,
y el hacha besar que nos ha de herir!

Rosa de dolor, gracia femenina;
inocencia y luz, corola divina,
y aroma fatal y crüel espina...

Líbramos, Señor, de Abril y la flor,
y del cielo azul, y del ruiseñor;
de dolor y amor, libranos, Señor.






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lunes, 20 de julio de 2020

"Cartas a una desconocida", de NICANOR PARRA SANDOVAL (CHILE, 1914-2018, d.n.e.)


Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!






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viernes, 17 de julio de 2020

"Rosa panida", de RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN (ESPAÑA, 1866-1936, d.n.e.)


¡Cómo me hablaste en las rosas
cuando rosas segó mi hoz,
voz de las cosas,
lejana voz!

¡Cuántas victorias me contaste,
con cuántas divinas batallas
mi alma alumbraste,
voz que callas!

¡Cómo encendiste mis deseos,
cómo me hablaste del placer
con tus trofeos
de mujer!

¡Verso dorado y pitagórico
como el verso que dice el mar!
¡Verso eufórico!
¡Verso solar!

¡Rosa! ¡Divina flor del rito
de amar, cantar y adormecer!
¡Amor en grito!
¡Boca de mujer!

Flor tu enigma reminiscente
pasa el recuerdo venusino
del beso ardiente
como el vino.

Rosa ungida, ¿por qué no exuda
la carne que amamos, tu olor,
cuando es desnuda
para el amor?





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