miércoles, 29 de abril de 2020

"Concepción", de JOSEFINA PLÁ GUERRA (ESPAÑA, 1909-1999, d.n.e.)

"Joven mujer", de Otto Theodore Gustav Lingner

Me tendrás a tu lado. Me besarás. Y luego,
como al moreno cántaro que espera al fin del surco,
a mi sumiso cuerpo se alargarán tus brazos.
Se saciará tu sed: la exigua sed de un hombre.

De mi lecho después, en largas madrugadas
hacer creerás el blanco camino del olvido.
Y sin embargo, ciego piloto de mi entraña,
conmigo habrás llegado por una noche sola,

a la encantada playa donde no está tu muerte.
Por el nocturno río caliente de mi sangre
irán tus ojos lejos, para jamás volverse,
tu voz prenderá en roca para perennes ecos.

Tú no lo sabes, hombre, tú no lo piensas, ciego.
Esta noche mi cuerpo será, ¡oh antiguo nauta!
el puerto de que zarpen las naves de otra aurora.





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domingo, 19 de abril de 2020

"Olor de amor", de CARLOS EDMUNDO DE ORY (ESPAÑA, 1923-2010, d.n.e.)

Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone
su presencia de aroma que subleva
esa selva, ese bosque
que somos.
No te veo.
No llego a tu contacto. Llegan flores
raras, deshechas, invisibles.
Certidumbre de ti en medio de la noche.

Un salvaje rosal es tu olor. Una
paloma es, y su vuelo recorre
hasta mí el aire. Una
profunda cabellera esparcida en el borde
de mi memoria.

Tu enredado aroma
entre mis dedos algo tuyo esconde.
Hasta mi llegas cada día hecha
olor enmarañado de azucenas y áloes.

Trasminas existencias. Te declaras
realidad amorosa que responde
a mi busca. Llamada
que su contestación en mi recoge.

Rastro exhalado, huella
reconocible, evanescente torre
de olorosa verdad. Humano aroma
de mujer junto al hombre.

Amar es una forma de olor. Llegas
fragante. Llego. Nos acoge
la onda que huele a vida enamorada,
a claveles que en dos bocas se rompen.





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sábado, 18 de abril de 2020

"Si la vida es amor", de DELMIRA AGUSTINI (Uruguay, 1886-1914 d.n.e.)

"Brisa primaveral", de William Adolphe Bouguereau


Si la vida es amor, bendita sea!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siento
que no valen mil años de la idea
lo que un minuto azul del sentimiento.

Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea;
¡la vida brota como un mar violento
donde la mano del amor golpea!

Hoy, partió hacia la noche, triste, fría,
rotas las alas mi melancolía;
como una vieja mancha del dolor

en la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!





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viernes, 17 de abril de 2020

"Cintia deleitosa", de PORFIRIO BARBA JACOB, seudónimo de MIGUEL ÁNGEL OSORIO (COLOMBIA, 1883-1942, d.n.e.)

"Baco y Ariadne", de Antoine-Jean Gros

Como una flor arcana, llameando
bajo el turquí del cielo apareció.
Fue su amor mi almohada matutina;
su seno azul, de gota coralina
en el pezón, de noche mi almohada.

Y era esencia tan dulce y regalada
la de su carne en flor, la de su boca
por enjambres de besos habitada,

la de su axila, ¡leche con canela!,
que un ansia de gozarla me extenuó.

Cintia concentra la onda de la vida,
el campo es de Ella y grana para Ella.
Mi sangre está en su carne consumida;
su alma radia con mi luz ardida,
y ella está en mí porque yo estoy en Ella.

-Dame tu axila, ¡leche con canela!
Dame tu beso, dámelo, y la lengua
fina y caliente y roja y ternezuela...

-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
fatiga dulce, letal desvarío...
-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
No más, amorcito mío,
que me muero...






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jueves, 16 de abril de 2020

"De aquel beso necesario", de ORIÓN DE PANTHOSEAS, seudónimo de ANTONIO JUSTEL (España, 1943--, d.n.e.)


Amanecer, de Christian Aranibar Salinas



Para mi esposa

y, al besarte, un cósmico relámpago de vórtices y fuerzas estremeció mi vida,
un éxodo de sangres aconteció en mi cuerpo,
y todas las arterias y venas e instrumentos con su crucial mensaje,
a saciarse acudieron a tu boca;

… y todo, todo resucitó estallando en sed y lumbres,
chirriaron goznes de grosor ingente,
y allá en el alma, de sus cárcavas profundas, un alba, de purísimos contornos,
germinó desnuda y se posó en el mundo;

… y así aprendí que, cual sol y lluvia engendradores, con tus besos erigíamos
indescriptibles siembras y cosechas, lo que entonces y siempre fue
:
un temblor sobre el ara en que, a fuego puro,
los dioses íntimos se entregan y se abrasan, se embriagan y enloquecen;

¡…ah, qué hace ser de luz y eternos en ese exacto instante a los amantes,
o qué hace morir, amor, y en quién o en qué se gesta esta extrema y última verdad,
dímelo tú, dímelo ahora, amor, dímelo… !

…porque, cómo herir la vida y darla, y amarla y diferirla por querer tenerte tanto y tanto,
dímelo, amor, por qué y cómo, cómo, cómo…




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miércoles, 15 de abril de 2020

"Inés", de CARLOS CASTRO SAAVEDRA (COLOMBIA, 1924-1989, d.n.e.)

Obra de Marcos Rey


Inés digo y mi boca se convierte en azúcar
de manzana partida por la luz del verano.

Decir esta palabra es como adivinar
que está cantando un pájaro en un árbol lejano.

Inés digo y mi labio se convierte en abierta
flor de pétalos dulces contra la madrugada
.
Decir esta palabra es soñar que está muerta
la tarde en el abismo de la noche estrellada.

Inés digo y parece que mi voz se quedara
temblando entre las redes impalpables de un beso.

Decir esta palabra es como si lograra
detener en el aire la música de un rezo.

Cuando yo digo Inés olvido los agravios
y de claros panales y canciones me acuerdo.
Decir esta palabra es apretar los labios
para intentar el acto de besar un recuerdo.

Alzar las manos puras para decir Inés
es caer en la sombra de un árbol florecido.
Decir Inés, siquiera por una sola vez,
es sentir en la rama del corazón un nido.







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lunes, 13 de abril de 2020

"Soy", de JOSEFINA PLÁ GUERRA (ESPAÑA, 1909-1999, d.n.e.)

"Despertar", de Daniel Gerhartz,

Carne transida, opaco ventanal de tristeza,
agua que huye del cielo en perpetuo temblor;
vaso que no ha sabido colmarse de pureza ni abrirse ancho a los negros raudales del horror.

¡Ojos que no sirvieron para mirar la muerte,
boca que no ha rendido su gran beso de amor!

Manos como dos alas heridas: ¡diestra inerte
que no consigue alzarse a zona de fulgor!

Planta errátil e incierta, cobarde ante el abrojo,
reacia al duro viaje, esquiva al culto fiel;
¡rodillas que el placer no hincó ante su altar rojo, mas que el remordimiento no ha logrado vencer!

Garganta temerosa del entrañable grito
que desnuda la carne del último dolor:
¡lengua que es como piedra al dulzor infinito
de la verdad postrera dormida en la pasión!

Haz de inútiles rosas, agostándose en sombra,
pozo oculto que nunca abrevó una gran sed;
prado que no ha podido amansarse en alfombra,
¡pedazo de la muerte, que no se sabe ver!






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domingo, 12 de abril de 2020

"Cuando regreses", de LAURA VICTORIA VALENCIA (seudónimo de GERTRUDIS PEÑUELA) (Colombia, 1.904-2.004 d.n.e.).

Poema perteneciente al libro "Llamas azules", de fecha 1962  d.n.e.



Cuando regreses no hallarás siquiera
las huellas del pasado.
En el parque los cisnes se murieron
y las verbenas rojas se secaron.

Esos versos filiales que me oías
cogiéndome las manos,
cambiáronse por otros calcinantes
que visten mi alma de ropaje cárdeno.

Y esas dulces promesas que en tus brazos
hacíasme temblando,
son una cuerda rota en mis oídos
y ni un eco doliente me dejaron.

Naufragaron también en mis pupilas
tus ojos de gitano,
y en mi boca se helaron en silencio
las huellas calcinantes de tus labios.

Cuando regreses no hallarás siquiera
vestigios del pasado.
En el parque los cisnes se murieron
y en mi boca tus besos se borraron.





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sábado, 11 de abril de 2020

"Crónica de Gaugin", de JORGE GARCÍA USTA (COLOMBIA, 1960-2005, d.n.e.)


"Manao tupapu" (El espíritu de los muertos vela), 1892, de Paul Gaugin
Porque él conoció las ansias de ese mar
que hace de un hombre, por siempre,
un ángel endeudado,
o alienta el dios solidario
que silba por las noches
los rencores de las islas.

Fundó el amarillo del enigma,
labio a labio, robando la brasa primordial
que puede fundar varias iglesias en un párpado
y regala a cada día un animal milagroso.

Entonces, el pobre pájaro,
el flanco de la muchacha que inventa vanidades
aaaaaaaaaaaaaaaa partir de su trenza,
y amarillo augural,
el grito del día
con su jeta cínica o cantante,
y amarillo de deleite,
la perversión del girasol,
y amarillo de tinaja,
la paz del pubis de la tahitiana
que pensó en él
como un animal cansado
aaaaa qué perfumar y servir.

Así fluía cada día suyo
trabajando por ser ofrenda,
trombón o rapsodia.

El cielo
era aquella vulgar contraseña de la arena,
pintando azufres pueriles,
pero vinieron las islas y sus plegarias,
y un pájaro, como héroe mestizo,
funcionando en el mar.

Si ya tenías mar y mujer a la mano
para qué París otra vez,
la deliciosa perfección de sus mugres.
en el otoño
producen espejismos de tul.

Y hace resplandecer el tiempo,
y unos amores montunos
gimen y se eternizan, con patadas rotundas,
en los talleres de pintura.

Por las islas, quedó una forma de vida
lentamente distribuida en nalga briosa
que salva del hombre
aa sus espléndidas escorias.

A partir de la sombra sonora
y la precisión del sol
para originar escándalos.
y el dedo purgatorial
revisando labios recientes,
y luego el beso ocupó la noche
con sus patentes de lluvia desamarrada
.

Cuentan que el baile
no fue más que un simulacro de besadores
en época de prohibición
y que allí el beso alcanzó
la dignidad del agua bien usada.

Un paisaje del éxtasis.
y la muerte se aleja, esperando.

Hacer la crónica del beso,
es documentar un fulgor.

Besos galantes con límites
en frote y tiempo
no sirven a quienes saben
que mañana
la guerra romperá la casa,

el comisario reemplazará los atavíos del queso
y morirán muchos funcionarios de buen amor.

Hay que besar con las normas del caballo:
con la peligrosa mansedumbre del loco,

las manos trabajando en la distancia
y el temblor enlunado de siempre.



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lunes, 6 de abril de 2020

"El rival de mi río", de JULIA DE BURGOS (Puerto Rico, 1914-1953 d.n.e.)

Poema perteneciente al libro "POEMA EN VEINTE SURCOS", de fecha 1938   d.n.e.



Yo te fui contemplando desde la carne al alma,
y me sentí culpable de un extraño delito
que me subía a los ojos en chispeantes miradas,
y se rompía en mi rostro en rubor infinito.

De pronto fue tornándose en pájaro mi boca,
y un sentimiento cósmico inundó mis sentidos;
me escondí en el secreto que estalló en tus pupilas,
y adiviné en tu rostro al rival de mi río.

¡Río Grande de Loíza!... Alárgate en su vida.
¡Río Grande de Loíza!... Alárgate en su espíritu,
a ver si te descubres en la flor de su alma,
o en el sol de sus ojos te contemplas tu mismo.

El tiene en sus caricias el gesto de tu abrazo,
y en sus palabras cuelgan rumores parecidos
al lenguaje que llevas en tu boca de agua
desde el más quieto charco al más agreste risco.

Tú me besaste un día despertándome el alma;
él también me ha besado con un beso tan límpido,
que no se allá en mi espíritu si posar extasiada
en el beso del hombre o en el beso del río.

¡Quién sabe si al vestirme con mi traje de carne,
y al sentirte enroscado a mi anhelo más intimo,
surgiste a mi presencia en el río de sus ojos,
para entregarte, humano, y sentirte más mío!

¡Quién sabe si al bajarte del lomo de la tierra
para besarme toda en un loco delirio,
te humanizaste en su alma, y brotaste en corrientes
que una a una en mi tierra de emoción hizo nido!

¡Oh rival de mi río!... ¿De dónde me llegaste?
¿En algún país remoto te bañaste conmigo
mientras en otra playa, con alguna doncella
se entregaba en amores mi voluptuoso río?

¿Me sorprendiste acaso en algún aguacero
violando claridades y callando suspiros,
portavoz ambulante de una raza de agua
que me subió a las venas en un beso del río?

¡Río Grande de Loíza!... Yo lo fui contemplando
desde la carne al alma: ese fue mi delito.
Un sentimiento cósmico estremeció mi vida,
y me llego el amor... tu rival presentido.

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domingo, 5 de abril de 2020

"Pelando una naranja", de VIRGINIA HAMILTON ADAIR (EE.UU., 1913-2004, d.n.e.)

Rubia, de Maestro Andrade


Desnuda me encuentro entre ti y un plato con naranjas
leyendo La Ilusión del Mundo entre lágrimas.

Tocas… a través mío con ganas de fruta global
el brazo desnudo, fuerte, tibio y velloso en mi vientre.

Tus dedos investigan la piel de una naranja marina
que desprende pequeñas explosiones de aceite aromático.

Colocas redondas cáscaras de oro en un patrón extraño
sobre mi cuerpo pálido. Recomponiéndote, te agachas y muerdes
las rodajas para desatar los olores impacientes.

Digo “¡alto, me haces cosquillas!” con los ojos todavía en la página.

Por el aire, aromas a naranjal. A través de las hojas verdes
brilla la nieve majestuosa. A través de los labios rojos
se cierran tus dientes níveos como línea translúcida.

Tu cara sobre la mía eclipsa a La Ilusión del Mundo.

De tu boca a la mía, pasan el jugo y la pulpa.
Reímos labio contra labio.
Aún leyendo, aún entre sollozos,
sostengo mi libro detrás de tu cabeza.

Me dices “lee: no soy más que una ilusión” deslizándote sobre mí
con suavidad, quieto y amable,
sonriendo verde a través de largas pestañas. Y pronto
digo: “No te detengas. No me desilusiones”.

La nieve se derrite. La montaña se vuelve hilos de plata.
Las naranjas son los mundos de oro de los sueños oscuros.





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viernes, 3 de abril de 2020

"Los doce goces", de LEOPOLDO ANTONIO LUGONES (ARGENTINA, 1874-1938)

Venus y Cupido, de Jacopo Palma il Vecchio


Cabe una rama en flor busqué tu arrimo.
La dorada serpiente de mis males
circuló por tus púdicos cendales
con la invasora suavidad de un mimo.

Sutil vapor alzábase del limo
sulfurando las tintas otoñales
del Poniente, y brillaba en los parrales
la transparencia ustoria del racimo.

Sintiendo que el azul nos impelía
algo de Dios, tu boca con la mía
se unieron en la tarde luminosa

bajo el caduco sátiro de yeso.
Y como de una cinta milagrosa
ascendí suspendido de tu beso
.



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jueves, 2 de abril de 2020

"Reina Artemisa", de ROSA CLOTILDE CHACEL ARIMÓN (ESPAÑA, 1898-1994, d.n.e.)

Zeus y Calisto, de Caesar van Everdingen,


Sentada, como el mundo, sobre tu propio peso,
por tu falda extendida la paz de las laderas,
el silencio y la sombra de las grutas marinas
junto a tus pies dormidos.

¿A qué profunda alcoba dan paso tus pestañas
al alzarse pesadas como cortinas, lentas
como mantos nupciales o paños funerarios...,
a qué estancia perenne escondida del tiempo?

¿A dónde va el camino que tus labios descubren,
a qué sima carnal desciende tu garganta,
qué lecho sempiterno da comienzo en tu boca?

El vino de cenizas su acerbo alcohol exhala
mientras la copa orea, con su pausa, el aliento.
Dos vapores elevan sus secretas fragancias,
se contemplan y miden antes de confundirse.

Porque el amor anhela su sepulcro en la carne;
quiere dormir su muerte al calor, sin olvido,
al arrullo tenaz que la sangre murmura
mientras la eternidad late en la vida, insomne.




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miércoles, 1 de abril de 2020

"Tema de amor para una balada triste", de ORIÓN DE PANTHOSEAS, seudónimo de ANTONIO JUSTEL (España, 1943--, d.n.e.)


... de tu cuerpo a mi cuerpo, Fenicia, relámpagos;
de mi cuerpo al tuyo un río, un beso en vendaval, una marea;
¡…ay, cómo te he amado, y cuánto!

¡recuerdas aquel temblor de rosas abiertas,
y qué ambrosía detectaba en tus pechos la furia de mi aliento!

...sí, es difícil recordarte y no obtener un instante hermoso
de luz por la memoria;
…éramos un hombre y una mujer, un hálito, un rumor, un cántico,
un eco solo y purísimo ¿te acuerdas?
fuimos una vez;

…hasta el alba de un día cualquiera en que ladraron los perros,
y, sin cansarse, toda la noche estuvieron ladrando, ladrando y ladrando;
aún brillaba la luna cuando, cerca de la madrugada,
se alejó la jauría con la muerte.




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