Mostrando entradas con la etiqueta Francisco Álvarez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Francisco Álvarez. Mostrar todas las entradas

jueves, 2 de junio de 2022

"Huellas del beso", de FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO (ESPAÑA, 1935-2014, d.n.e.)

No sé por qué tus labios me despiertan
besos lejanos que jamás me diste;

no saben desterrarlos, o no aciertan
a dejarlos dormir. Cuando viniste,

rozándome la carne, de puntillas,
nadie te vio, nadie escuchó tu paso,
sino un temblor ligero en mis rodillas,
trémulo de enfrentarme a otro fracaso.

Cuántas veces idéntico sendero
nos conduce a dispares objetivos,
y en el nuevo, no vemos que el primero
aún nos mantiene en su poder cautivos.

Y no sirve pensar que lo pasado
pasado está, que nunca ha de volver;
ayer, más que un diseño ya borrado,
es espectro que vuelve a aparecer.

Y así fluye la vida, una amalgama
de incidentes que fueron, y que son,
que no se desvanecen; una trama
de dolores, de olvidos, de ilusión;

como rosa que cada primavera
asiduamente en el rosal florece,
nube inquieta, incesante viajera,
o estrella que a la aurora palidece.

Quizá tus besos son evocadores
de nube transeúnte, antigua rosa,
o estrella cuyos últimos fulgores
se extinguieron, y duerme silenciosa.

Hay tanto nuevo en cada beso,

hay tanto
que arrastramos de antiguo, tanta vida,
tanto de gozo, soledad y llanto,
tanto de acogedor y despedida,

que un beso no es un beso solo, aislado,
es una larga historia enmarañada
aflorando a un presente arrebatado,
que abraza todo, y que no olvida nada.

Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.

Enlace recomendado:
 






lunes, 16 de mayo de 2022

Soneto: "SOLO TENEMOS UN BESO", de FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO (ESPAÑA, 1935-2014, d.n.e.)


Beso indeleble, beso insuficiente,
compendio de inseguras realidades
y perspectivas de fugacidades,
entre ayer y mañana estrecho puente.

A tu vida amarrada, dependiente
de tan inciertas eventualidades,
y víctima de mis perplejidades,
por no hacerme en tu vida permanente.

Hacia ti van mis aguas encauzadas,
con fuerza torrencial, o sosegadas,
pero siempre abocando a lo imposible.

Cómo duele en el alma esta distancia,
cómo me duele ser tu circunstancia,
amor de lejanía, inasequible.




Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.

Enlace recomendado:
 






lunes, 18 de abril de 2022

"BESOS DORMIDOS", de FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO (ESPAÑA, 1935-2014, d.n.e.)


Vendrán los besos, y traerán silencio,
y nos preguntaremos quiénes somos,
dónde nos conocimos, qué buscamos,
y tal vez nos respondan nuestros ojos,
ignorantes del miedo a la palabra,
pues la verdad les grita desde el fondo.

Y al mirarnos, habrá una luz recóndita
de tibio colorido melancólico,
que abrirá perspectivas imprevistas,
y que será en sí misma testimonio
de algo que fue, que ya es insostenible,
tan quimérico como el unicornio.

Ayer los besos, aunque amortiguados,
llevaban un clamor de intenso gozo,
entretejían lágrimas y risas
en verdes primaveras y en otoños,
calendario de pétalos dormidos,
dormido el tiempo sobre nuestros rostros.

¿Qué sucedió? Tal vez una mañana,
a la orilla del río, entre los olmos,
se despertó la niebla del cansancio,
y repobló el paisaje de abandono.
Y los besos se fueron marchitando,
sin casi percibirlo, sin sollozos.

Y hoy sólo son costumbre, su arrebato
en retirada triste, sin retorno.


Es hora de partir; se fue la magia,
el temblor está en calma, el amor prófugo,
los besos silenciosos, tan dormidos
que no despertarán..., como nosotros.




Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.

Enlace recomendado:
 






martes, 1 de marzo de 2022

Soneto: "ELLA", de FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO (ESPAÑA, 1935-2014, d.n.e.)


ELLA.-
Desnúdenme tus manos lentamente
sobrenadando senos y caderas,
y desliza tus dedos diligente
entre botones, lazos, cremalleras.

Mira mis ojos y ábreme la blusa,
y descuelga los pechos prisioneros,
que mi deseo nada te rehúsa,
y ellos son del deseo mensajeros.

Se abren a ti como dos rosas tiernas,
esperando la lengua en los pezones,
y percibo temblores en mis piernas,
y un aire abrasador en los pulmones.

No hay en mi ofrecimiento ambigüedades,
va a ti sin desvergüenza o timidez,
y aunque con tinte de frivolidades,
parece siempre la primera vez.

Besa con humedad mi boca hambrienta,
y haz que ambas lenguas jueguen en contacto,

no ha de haber nada a lo que no consienta,
mía es la voluntad, tuyo es el acto.

En la espalda hay insólitos caminos
que mi mano jamás ha transitado,
y de tus dedos brotan remolinos
erizando la piel de mi costado.

En breve y delicada sacudida
mis hombros de la blusa se desprenden;
semidesnuda estoy, y enardecida,
y alzo los brazos, que hacia ti se extienden.

Detente brevemente en la cintura,
rodéame en caricias circulares,
y explora el resto de mi arquitectura,
con paso franco a todos mis lugares.

Cae la falda a los pies..., al fin desnuda...
Qué libertad e independencia siento.
No queda en mí vacilación ni duda,
sólo serenidad..., y atrevimiento.

Están mis ojos en tus ojos fijos,
y tus manos me arropan insistentes;
suaves contactos causan regocijos,
lentas fricciones llegan más frecuentes.

Aproxímate más, cúbreme entera,
encadéname a ti, y abre mi rosa,
dame un beso total, de tal manera
que resulte en fusión voluptuosa.

Quédate en pie y recibe el doble abrazo,
y al rodear tu cuerpo con mis piernas,
introduce tu furia de un zarpazo
anegando mis cámaras internas.

El ímpetu, el gemido y los sudores
me dirán que soy tuya y eres mío;
seremos mutuamente posesores,

como el cauce y las aguas en el río.


ÉL.-
Hay en tu rostro un gesto de embeleso
al ajustar tu mano mi corbata;
y me encuentro vestido con exceso
al ver tu desnudez bajo la bata.

De repente me asaltan intenciones
que sacuden la fibra del sentido,
y que encajan en las incitaciones
que el brillo de tus ojos me ha tendido.

Sin vacilar, toma hoy la iniciativa
y traduce en acciones la sonrisa,
que tu mano sensual y decisiva
me arranque la corbata y la camisa.

Deslízame los dedos sobre el pecho,
y extiéndete a la espalda suavemente;
mi instinto levantado está al acecho,
todo mi voluntad te lo consiente.

Hoy serás tú quien todo lo decida,
seré el juguete, y tú serás quien juegue,
tendrás autoridad indefinida
y no encontrarás nada que te niegue.

Ya el cinturón se siente relajado,
y tu contacto excita mi impaciencia,
siento el impulso desencadenado,
pero a él, no a ti, he de hacerle resistencia.

Es tu oportunidad, es tu momento,
será tu desnudez junto a la mía,
tus caricias tendrán el ritmo lento
de inevitable, espléndida agonía.

Y aunque te exija que me lo aceleres,
no escuches mi clamor ni mi quejido,
habré de recibir lo que me dieres,
cuando, como y en donde hayas querido.

Siento tus manos descendiendo lentas
y tú también te inclinas y desciendes,
y a mi virilidad la boca enfrentas,
y una violencia emocional enciendes.

Ese beso profundo y penetrante,
me acerca a ti de singular manera;

y aunque no puedo verlo en tu semblante,
percibo toda tu pasión entera.

Tus manos en mi piel clavan crispadas
las uñas, que de sangre se revisten;
flota tu pelo en nuevas oleadas,
los labios y la lengua no desisten.

¡Qué catarata de placer provocas
volcándose en caída resonante,
tal la furia del mar contra las rocas!
¡Qué maravilla poder ser tu amante!

Y al fin las aguas, blancas de la espuma,
tras la caída, avanzan en el río;
siento en la mente el sueño de la bruma,
y en el cuerpo el postrer escalofrío.

Levántate y abrázame, cariño,
yace conmigo en silenciosa calma,
manténme en tu regazo como a un niño,
y toma posesión de cuerpo y alma.




Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.

Enlace recomendado:
 






viernes, 4 de febrero de 2022

"Huellas del beso", de FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO (ESPAÑA, 1935-2014, d.n.e.)


Mis besos eran pájaros heridos
flotando entre los juncos del pantano,
dedos glaciales de invisible mano,
recuerdos en un pozo sumergidos...

Mis labios pálidos y adormecidos,
mudas teclas de onírico piano,
nubes que trato de alcanzar en vano,
explosiones carentes de estallidos.

Tan sólo me quedó una vaga idea
del contacto encendido, que desea
la humedad, el gemido y el temblor.

Pero cuando absorbí tu propio aliento
despertó mi universo en un momento,
y el alma se me abrió como una flor.



Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.

Enlace recomendado: