de las caricias que con fiebre loca,
al brindar el placer en dulce boca,
dejan el corazón árido y frío.
Fragancia virginal, albo rocío
para mi juventud el alma invoca.
Ir donde nadie con su planta toca,
más allá del azul, es lo que ansío.
Si tu amor me otorgase la fortuna,
sería mi deseo, niña hermosa,
que en esta noche blanca cual ninguna,
¡nuestras almas, en fuga milagrosa,
viajasen por un rayo de la luna
sobre fragante pétalo de rosa!
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