Hoy, no sé por qué, el viento ha tenido
un hermoso gesto de renuncia, y los árboles
han aceptado su quietud.
Sin embargo (y es bueno que así sea) una guitarra
organiza obstinadamente el espacio de la soledad.
Acabamos sabiendo que las flores se alimentan
en la fértil humedad.
Ésa es la verdad de la saliva.
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