El perfume escondido en el corazón de la rosa;
la dulzura interior de un sueño; el grito
de tristeza que se escapa en un suspiro,
el amor en un beso; la contraparte espiritual
de un súbito movimiento del ojo,
o las luces que en los labios nacen y mueren,
llamadas sonrisas: Busca en tu pecho lo más sagrado
que mora en tus pensamientos, realizándolos,
un alma en el cuerpo de tu habla:
Luego yo en ti, tú en mí, superficial,
y el cielo en ambos, y ambos al alcance del cielo:
cielos en nuestro corazón y cielos a nuestro lado.
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