I Yo soy el lenguaje de las serpientes columna de sueños lengua de agua los labios a poca altura de la tierra en torno al cuerpo de sonidos el hipnotizado pájaro en la garganta la canción es lo que se hundió bajo la piel que ascendía en espiral y succionaba relucientes segundos como veneno la canción era el rayo de llamas lanzada alrededor de huesos pulidos el cuerpo era lo que cantaba el pájaro en el vientre la serpiente en al aire II La palabra es pájaro Si voy a decir la palabra me llevo el pájaro a la boca. No lo mato sólo lo menciono por su nombre. Pájaro repito y entonces ya tengo el pájaro en el estómago. Yo soy pues lo que digo. ¿Qué dice el pájaro? Sin mí el pájaro no sería palabra. III Ahora es mi boca un archivador y las palabras números de registro. Ahora el pájaro es sólo el número de registro del pájaro. El número de registro no canta. IV La mortal era yo La que nació de una ola y vivió en el extremo del mundo. La que llevaba serpientes en el pelo y cantaba y hacía bailar a las serpientes. Ella a la que llamaron peligro un monstruo la llamaban. Ella que dejó pesar la mirada él la robó, la mirada, la pesada. Fue el arma del guerrero la dirigió contra otros. Él mismo carecía de fuerzas nunca se enfrentó a mi mirada. Otros fueron alcanzados por ella otros quedaron rígidos y se detuvieron. Yo que no tengo cuerpo mira ahora sólo puedo petrificar. Mi boca no canta los ojos hablan piedra. La cabeza en manos del guerrero no soy yo sino muerte. Yo que parí demasiado tarde a Pegaso fue al que estaba pariendo cuando el guerrero me asestó un corte en el cuello. La mortal era yo
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