Si quieres besarme...besa -yo comparto tus antojos-. Mas no hagas mi boca presa... bésame quedo en los ojos. No me hables de los hechizos de tus besos en el cuello... están celosos mis rizos, acaríciame el cabello. Para tu mimo oportuno, si tus ojos son palabras, me darán, uno por uno, los pensamientos que labras. Pon tu mano entre las mías... temblarán como un canario y oiremos las sinfonías de algún amor milenario. Esta es una noche muerta bajo la techumbre astral. Está callada la huerta como en un sueño letal. Tiene un matiz de alabastro y un misterio de pagoda. ¡Mira la luz de aquel astro! ¡la tengo en el alma toda! Silencio...silencio...¡calla! Hasta el agua corre apenas, bajo su verde pantalla se aquieta casi la arena... ¡Oh! ¡qué perfume tan fino! ¡No beses mis labios rojos! En la noche de platino bésame quedo en los ojos...
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