Me gusta el placer de decirte linda
y ver sonrojado al cielo persiguiendo un horizonte.
Me gusta, sin aviso, tocarte, acariciarte, sentirte,
volarme con tu pecho,
hilvanarme con tus manos,
desmembrarme con tus cejas,
invocarme en tus caderas,
despeinarme en tus cabellos.
Me gusta saborear el néctar que baja en la montaña,
el ocotal estático con su dulce y elegante fibra.
Me gusta besarte cuando duermes
y no se escuche más que un beso en el silencio,
el sonido interrumpiendo los respiros.
¿Cómo es que te dispersas en mi todo?
¿Cómo es que te cubres en mi nada?
He roto todo, hasta la muerte,
hasta el geranio y su semilla.
Por ti mis manos se han secado.
Por ti mis párpados tu luz buscaron.
Necio, como un ave, subí y baje indagando;
husmeé y planeé tu rostro;
dejé tus labios para luego.
Me gusta tu ternura: aquietada, serenada;
hecha raíz en mi silencio:
voz mía que reclamo;
voz tuya que incorporo.
Mi boca se refresca. Mis ojos se emblandecen.
En mi corazón tus brazos se abren.
En mi paladar tus besos duermen.
Linda como el agua te entreveras en mi anhelo.
¿Cómo decirte mi deseo?
Me gusta besar tus besos
como el corazón que llora al decir te quiero:
tu corazón así lo escondo y tiembla si lo exploro.
Y no guardo más palabras. No encubro más lenguajes.
Mi sentimiento a ti te toca y el amor me brota…
y un beso se sonroja.
Y te escondes, linda, a hurgar bajo mi pecho.
Amor mío y mi cielo;
amor dulce y tierno:
mi corazón revive… y se esfuma con un sueño.
y ver sonrojado al cielo persiguiendo un horizonte.
Me gusta, sin aviso, tocarte, acariciarte, sentirte,
volarme con tu pecho,
hilvanarme con tus manos,
desmembrarme con tus cejas,
invocarme en tus caderas,
despeinarme en tus cabellos.
Me gusta saborear el néctar que baja en la montaña,
el ocotal estático con su dulce y elegante fibra.
Me gusta besarte cuando duermes
y no se escuche más que un beso en el silencio,
el sonido interrumpiendo los respiros.
¿Cómo es que te dispersas en mi todo?
¿Cómo es que te cubres en mi nada?
He roto todo, hasta la muerte,
hasta el geranio y su semilla.
Por ti mis manos se han secado.
Por ti mis párpados tu luz buscaron.
Necio, como un ave, subí y baje indagando;
husmeé y planeé tu rostro;
dejé tus labios para luego.
Me gusta tu ternura: aquietada, serenada;
hecha raíz en mi silencio:
voz mía que reclamo;
voz tuya que incorporo.
Mi boca se refresca. Mis ojos se emblandecen.
En mi corazón tus brazos se abren.
En mi paladar tus besos duermen.
Linda como el agua te entreveras en mi anhelo.
¿Cómo decirte mi deseo?
Me gusta besar tus besos
como el corazón que llora al decir te quiero:
tu corazón así lo escondo y tiembla si lo exploro.
Y no guardo más palabras. No encubro más lenguajes.
Mi sentimiento a ti te toca y el amor me brota…
y un beso se sonroja.
Y te escondes, linda, a hurgar bajo mi pecho.
Amor mío y mi cielo;
amor dulce y tierno:
mi corazón revive… y se esfuma con un sueño.
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