luego de sombras y espacios fríos.
Te pienso luego de abismos simulados,
luego de silencios largos
y ojos dormidos.
Te pienso... y no estás ausente,
en mi despertar existe tu sombra
que danza pausada buscando su lecho
para aunarse en la realidad escondida
del tiempo sin memoria.
Te pienso luego de larga ausencia,
y es como si tu voz
me llamara a gritos
a reunirme con tu boca,
de la que emana un manantial de sal
perdido entre cielo y rocas.
Te pienso en mi despertar
y mi voz te llama... te clama...
¡Ay! si el tiempo
no fuera un cruel tirano
derrumbando a su paso espacios
dejándolos vacíos,
solo si el tiempo nos diera tregua
para recobrar lo perdido,
podría recuperar mi acento,
y tú, patria mía, podrías de nuevo
tenerme contigo.
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