Quiero verte desnuda como una azucena,
manecita de seda candorosa y fragante.
Quiero verte desnuda como un lirio, filena
florecita que oculta el capullo del guante.
Dulce fruta vedada, la serpiente me incita,
es goloso mi labio y con sed delirante,
beber quiero la gloria de tu miel exquisita,
manzanita que guarda la corteza del guante.
Sirio triunfa en la inmensa joyería del cielo:
Muestra el rey de la noche tu blancura radiante,
y verás como al punto Sirio rabia de celo,
joyelito que ocultas el estuche del guante.
Aduérmete en mi mano como una paloma,
en un nido viviente que te arrulle y te encante,
ya verás como sueñas el edén de Mahoma,
palomita que tiemblas en el nido del guante.
El calor de tu sangre que da fiebre chicina,
la nieve de la perla, el agua del diamante
se incendian alumbrando tu blancura divina,
duquesita que ardes en el seno del guante.
Por ti lloro: si quieres disipar la maligna
intención que me inspire un Mefisto galante
con el agua bendita de mis ojos te signa,
hermanita que sueñas en la celda del guante.
Blanca hija de Jairo en el mármol dormida,
permite que mi labio te oprima un solo instante;
mi beso es taumaturgo y te dará la vida,
mujercita que envuelve la mortaja del guante.
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