ALFREDO VALENZUELA PUELMA - La perla del mercader (1885) |
El beso es una gacela;
el encuentro, dos ojos, desierto y un rifle.
El beso es un poema de amor;
el encuentro es una puñalada en el vientre.
El beso es una mariposa;
el encuentro es un pez dorado.
El beso es una nostalgia increíble;
el encuentro es una enorme cama.
El beso es un banquete;
el encuentro, unos niños alegres en medio de calles abarrotadas con carretas.
El beso es una imprecisión;
el encuentro es una tentativa de descifrar los acertijos.
El beso es una mentira;
el encuentro es un testigo falso.
El beso es una separación;
el encuentro es una canción glorificando la separación.
El beso es una sonrisa apagada en la boca de un borracho;
el encuentro es un cristal hecho pedazos.
El beso es una leyenda;
el encuentro es un congreso de mitos.
El beso es la (f) de fiesta;
el encuentro es la (s) de sueño.
El beso es una espera;
el encuentro, los poemas de la espera escritos en cuneiforme, sánscrito y árabe, en el libro de la existencia.
El beso es una flor;
el encuentro es un jardín bañado de miel.
El beso es una playa verde;
el encuentro es un poeta que no para de fumar la esperanza.
El beso es una estrella;
El encuentro es un cielo en la mano de una mujer enamorada.
El beso es un ahogado;
el encuentro es un mar indescifrable.
El beso es tu pestaña asombrosa;
el encuentro es tu sonrisa que me dirige cada noche a la muerte deliciosa y no me deja hasta que canta el gallo.
El beso es el punto de tu (n) o la (n) de tu punto perdido;
el encuentro es el alfabeto que revela los talismanes del mundo pero no sabe cómo traerte a casa.
El beso es una amistad;
el encuentro es un contrato hasta la muerte.
El beso es una silla;
el encuentro es un lecho.
El beso es una llave;
el encuentro es el cuerpo.
El beso es un violín;
el encuentro es la danza del amor.
El beso es una lágrima;
el encuentro es una ráfaga de lluvia que baña a los amantes en el jardín del placer.
El beso es un grito;
el encuentro es una estafa romántica.
El beso es una morada verde;
el encuentro, cortinas cerradas.
El beso es un sueño;
el encuentro es la (s) del sueño, la (ñ) y la (o).
El beso es una canción;
el encuentro es cantante, compositor y poeta, quienes lloraron debido a la hermosura de la consonancia y las palabras.
El beso es un murmullo agradable;
el encuentro, galerías secretas del sauce.
El beso es un niño perdido;
el encuentro, una novia lamentando su mala suerte.
El beso es una aclaración;
El encuentro es herejía y alucinación.
El beso es la cumbre de un poema;
el encuentro es un poemario de amor, cada línea en él es tu letra y cada letra en él es tu nombre.
El beso es una ventana;
el encuentro es un caserío contemplando el sol y los patos.
El beso es un placer;
el encuentro es una llamada para escribirlo, una muerte profunda, incurable.
El beso, tus ilusos ojos;
el encuentro, tus labios maravillosos, abandonando sus rarezas.
El beso es una hora de amor;
el encuentro es la noche de la boda, las velas de la boda y el vestido blanco de la novia.
El beso eres tú;
el encuentro eres tú... también.
Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.
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