Divina boca de dulzores llena,
dichoso el labio que te besa y toca,
que no hay en cuantas hay tan dulce boca,
ni para aprisionarme tal cadena.
No el sabroso panal de la colmena
a tanto gusto y suavidad provoca,
que está el dulzor en ti y el suyo apoca
el ámbar, el clavel, el azucena.
Mas dentro de la miel está escondido
el aguijón crüel con que me hieres,
y nadie de la vida [ve] este signo;
boca tierna y pecho empedernido,
no, ni jamás en todas las mujeres
boca tan blanda y corazón tan di[g]no.
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