El silencio es un lobo
solitario y en guardia,
que se nutre un momento
sólo de mis pisadas.
El silencio es un árbol
derribado y sin ramas
que señala ese punto
donde la tierra acaba.
Donde están nuestros besos
cuando ya no son nada;
donde están las manos
con que te acariciaba,
donde irán con tu olvido
a morir mis palabras.
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