En la mujer que amo todo es fuego y delicia: amor es su locura, pasión es su caricia. Castiga la traición, vengativa y celosa; redime en el placer, libertina y gozosa. Ella es la augusta reina que exige pleitesía; ella es la amante esclava de su pasión y mía. Ella es la dulce hermana que en días infantiles para el pecado supo hacernos más sutiles: ¡oh, la boquita trémula de la gentil princesa que jugaba a besarnos con sus labios de fresa! Besos que saboreé en el juego fingido como fruto robado de un jardín prohibido; besos que hoy devoro cuando sus labios rojos suspiran y me besa mientras cierra los ojos. Su carne perfumada como exquisito vino me abisma en el ensueño arcano del destino. En su cuerpo me pierdo como en un bosque mágico donde pasea la Luna con su delirio trágico y canta misteriosa, oculta en la espesura, el ave prodigiosa del sueño y la locura. ¡Qué dulce naufragio, qué hondo mar sereno, qué amable muerte breve, qué süave veneno! En sus ojos he visto escrito mi destino: abrasarme en la llama de este fuego divino.
Blog de Raúl Amores Pérez, dedicado a mostrar un repertorio de besos descritos en la literatura (en verso, en prosa), en la música, en la pintura, la fotografía, el cine, la escultura y los tratados del arte del amor.
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