La primera vez
que él me besó, solo besó
los dedos de esta mano con que escribo;
y desde entonces, se volvió más elegante y blanca,
lenta para los saludos mundanos, rápida con su "¡Oh, escucha!"
los dedos de esta mano con que escribo;
y desde entonces, se volvió más elegante y blanca,
lenta para los saludos mundanos, rápida con su "¡Oh, escucha!"
cuando hablan los ángeles. Una sortija de amatista
que pudiera usar en ella, no sería más visible para mí
que ese primer beso. El segundo sobrepasó la altura
del primero, y buscó la frente, mas se perdió la mitad,
que pudiera usar en ella, no sería más visible para mí
que ese primer beso. El segundo sobrepasó la altura
del primero, y buscó la frente, mas se perdió la mitad,
y cayó la otra mitad sobre el cabello. ¡Oh, el premio
más alto!
Ese fue el aceite bautismal del amor, que precedió
a la misma coronación del amor, con santificadora dulzura.
Ese fue el aceite bautismal del amor, que precedió
a la misma coronación del amor, con santificadora dulzura.
El tercero, sobre mis labios se plegó hacia abajo
en situación perfecta e imperial; desde entonces, ciertamente,
he vivido y he dicho con orgullo, "Mi amor, mi bien".
en situación perfecta e imperial; desde entonces, ciertamente,
he vivido y he dicho con orgullo, "Mi amor, mi bien".
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