cuando endulzar queriendo su amargura
de víctima incurable, le oprimía
sus luengas manos de marmórea albura.
-Tus ojos son violetas -le decía
cuando extinguir queriendo sus enojos
de niña enferma, en el azul del día
de sus ojos bañándose mis ojos.
-Es un clavel tu boca -le decía
cuando al verla tan triste, me bebía
de sus labios de púrpura la miel.
Una mañana la llevé a la fosa...
Y han nacido en la tierra que reposa
dos lirios, dos violetas y un clavel.
Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario