oh Circe habilidosa? ¿Cuántos, dime,
tus rojos labios de coral mordieron?
¿Cuántos de tus burlados amadores
como propicias víctimas murieron?
Yo sé que todo cuanto dices, Lidia,
es calculada red engañadora,
que no hubo en el mundo más perfidia
ni en mar cerúlea ninfa más traidora.
Pero disfrute yo de tus halagos,
y sienta de tu boca estremecida
la caliente humedad cuando me besas,
y mientan en buen hora tus promesas
aunque me cueste el despertar la vida.
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