Cerchi riparo fraterno conforto
tendi le braccia allo specchio
ti muovi a stento e con sguardo severo
biascichi un malinconico Modugno
Di quei violini suonati dal vento
l’ultimo bacio mia dolce bambina
brucia sul viso come gocce di limone
l’eroico coraggio di un feroce addio
ma sono lacrime mentre piove, piove
mentre piove, piove
mentre piove
Magica quiete velata indulgenza
dopo l’ingrata tempesta
riprendi fiato e con intenso trasporto
celebri un mite ed insolito risveglio
Mille violini suonati dal vento
l’ultimo abbraccio mia amata bambina
nel tenue ricordo di una pioggia d’argento
il senso spietato di un non ritorno
Di quei violini suonati dal vento
l’ultimo bacio mia dolce bambina
brucia sul viso come gocce di limone
l’eroico coraggio di un feroce addio
ma sono lacrime mentre piove, piove
mentre piove, piove
mentre piove, piove
tendi le braccia allo specchio
ti muovi a stento e con sguardo severo
biascichi un malinconico Modugno
Di quei violini suonati dal vento
l’ultimo bacio mia dolce bambina
brucia sul viso come gocce di limone
l’eroico coraggio di un feroce addio
ma sono lacrime mentre piove, piove
mentre piove, piove
mentre piove
Magica quiete velata indulgenza
dopo l’ingrata tempesta
riprendi fiato e con intenso trasporto
celebri un mite ed insolito risveglio
Mille violini suonati dal vento
l’ultimo abbraccio mia amata bambina
nel tenue ricordo di una pioggia d’argento
il senso spietato di un non ritorno
Di quei violini suonati dal vento
l’ultimo bacio mia dolce bambina
brucia sul viso come gocce di limone
l’eroico coraggio di un feroce addio
ma sono lacrime mentre piove, piove
mentre piove, piove
mentre piove, piove
Buscas amparo, fraternal consuelo,
tiendes los brazos al espejo,
te mueves apenas y con mirada severa
mascullas un melancólico Modugno.
De aquellos violines que suenan por el viento,
el último beso, mi dulce niña
quema sobre la cara como gotas de limón:
el heroico coraje de un feroz adiós.
Pero son lágrimas, mientras llueve, llueve...,
mientras llueve, llueve...
mientras llueve…
Mágica quietud, velada indulgencia,
después de la ingrata tempestad.
Retomas aliento y con intenso tránsito
celebras un apacible e insólito despertar.
Mil violines que suenan por el viento,
el último abrazo, mi amada niña,
en el tenue recuerdo de una lluvia de plata,
el sentido despiadado de un no retorno.
De aquellos violines que suenan por el viento,
el último beso, mi dulce niña
quema sobre la cara como gotas de limón.
El heroico coraje de un feroz adiós.
Pero son lágrimas, mientras llueve, llueve...,
mientras llueve, llueve...,
mientras llueve, llueve...
[trad.: Raúl Amores Pérez]
tiendes los brazos al espejo,
te mueves apenas y con mirada severa
mascullas un melancólico Modugno.
De aquellos violines que suenan por el viento,
el último beso, mi dulce niña
quema sobre la cara como gotas de limón:
el heroico coraje de un feroz adiós.
Pero son lágrimas, mientras llueve, llueve...,
mientras llueve, llueve...
mientras llueve…
Mágica quietud, velada indulgencia,
después de la ingrata tempestad.
Retomas aliento y con intenso tránsito
celebras un apacible e insólito despertar.
Mil violines que suenan por el viento,
el último abrazo, mi amada niña,
en el tenue recuerdo de una lluvia de plata,
el sentido despiadado de un no retorno.
De aquellos violines que suenan por el viento,
el último beso, mi dulce niña
quema sobre la cara como gotas de limón.
El heroico coraje de un feroz adiós.
Pero son lágrimas, mientras llueve, llueve...,
mientras llueve, llueve...,
mientras llueve, llueve...
[trad.: Raúl Amores Pérez]
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