Muerde mis labios y quédate en ellos como los nombres del aire en los labios del agua. Tócame con la lengua y arde cantando como la danza del fuego en la piel de la tierra. Enciendo con mis besos tu flor labial del deseo como La mano del fuego en tus jardines secretos. Aire y agua, tierra y fuego: puntos cardinales del mapa amoroso del deseo. Donde todo lo orienta y desorienta su quinta esencia imantada, a la vez maravilla, duda y descubrimiento: el asombro.
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