—¡Oh, ven a mí en sueños, mi amor;
no pediré una dicha más ansiada!
¡Ven con haces estrellados, mi amor,
y con tu beso acaricia mis párpados!
Y así fue, como las antiguas fábulas dicen,
que el amor visitó a una doncella griega,
hasta que ella perturbó el hechizo sagrado,
y despertó para encontrar sus esperanzas traicionadas.
Pero el apacible sueño velará mi vista,
y la lámpara de Psique se oscurecerá,
cuando en las visiones de la noche
renueves tus votos para mí.
Entonces, ¡ven a mí en sueños, mi amor,
no pediré una dicha más ansiada!
¡Ven con haces estrellados, mi amor.
y con tu beso acaricia mis párpados cerrados!
Leer más poemas de este autor en el blog BESOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario