En el azul del cielo de la playa elegante,
bajo el sol que ilumina la multitud dichosa,
mientras el mar musita su canción melodiosa
su figura adorable se destaca arrogante.
Sus ojos verdes, claros, de mirada triunfante
en un sueño marino perdidos a lo lejos,
destellan en la sora fosfóricos reflejos
y al alzarse, al sol tienen un brillor incitante.
Y a la noche, sus carnes de un blancor enfermizo,
besadas por brillantes luces artificiales
adquieren un moderno y demoniaco hechizo,
cuando sentada inmóvil junto al tapete verde,
resbalan distraídas en sus manos ducales
las monedas de oro que indiferente pierde.
bajo el sol que ilumina la multitud dichosa,
mientras el mar musita su canción melodiosa
su figura adorable se destaca arrogante.
Sus ojos verdes, claros, de mirada triunfante
en un sueño marino perdidos a lo lejos,
destellan en la sora fosfóricos reflejos
y al alzarse, al sol tienen un brillor incitante.
Y a la noche, sus carnes de un blancor enfermizo,
besadas por brillantes luces artificiales
adquieren un moderno y demoniaco hechizo,
cuando sentada inmóvil junto al tapete verde,
resbalan distraídas en sus manos ducales
las monedas de oro que indiferente pierde.
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Enlace recomendado: Estudio del poema realizado por d'Ors, Miguel. "Parnasianismo, decadentismo y simbolismo en un soneto modernista de Fernando Fortún", in d'Ors, Miguel. Posrománticos, modernistas, novecentistas: Estudios sobre los comienzos de la literatura española contemporánea. Sevilla: Renacimiento, 2005, pp. 167-173
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