Francina, en la primavera
¿tienes la boca más roja?
—La primavera me pone
siempre más roja la boca.
—Es que besas más, o es
¿que las rosas te arrebolan?
—Yo no sé si es mal de besos
o si es dolencia de rosas.
—Y, ¿te gustan más los labios
o las rosas? —¿Qué te importa…?
la rosa me sabe a beso,
el beso a beso y a rosa.
Entonces le puse un beso
en la rosa de su boca…
La tarde de abril moría,
rosamente melancólica;
las fuentes iban al cielo
con su plata temblorosa…
Francina deshojó a besos
su boca sobre mi boca.
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