No me mueve, mi amor, para quererte
la dicha dulce con que me has mentido,
ni la fecunda gracia que has vertido
en mi piel, sin llegar a merecerte.
El ojo no ha logrado conocerte,
ni el beso alcanza a asir todo el sentido,
ni la voz dice todo lo vivido,
ni consigo explicarte ni entenderte.
La luz que brilla al fondo en tu mirada
es la estrella que arde y que me mueve
a cruzar esta ausencia desolada.
Y es la fe que sostiene el lazo leve
adonde la pasión inconfesada
se te resbala, amor, y se te llueve.
la dicha dulce con que me has mentido,
ni la fecunda gracia que has vertido
en mi piel, sin llegar a merecerte.
El ojo no ha logrado conocerte,
ni el beso alcanza a asir todo el sentido,
ni la voz dice todo lo vivido,
ni consigo explicarte ni entenderte.
La luz que brilla al fondo en tu mirada
es la estrella que arde y que me mueve
a cruzar esta ausencia desolada.
Y es la fe que sostiene el lazo leve
adonde la pasión inconfesada
se te resbala, amor, y se te llueve.
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