Tu beso tembloroso y programa doble, cinco pesetas,
en el momento justo nos enchufaban con la linterna.
¡Cuántos atardeceres por las callejas sin darse tregua!
¡Qué distintos los besos cuando pasabas de ir a la escuela!
Del beso aquel de Judas que descubrimos sin darnos cuenta,
junto a dos corazones atravesados por una flecha,
cuando tiré su anillo... el agua del río se volvió negra.
De esto hace treinta y cinco y jamás he vuelto a pisar su acera. (*)
A dónde irán los besos que guardamos, que no damos.
Dónde se va ese abrazo si no llegas nunca a darlo.
Dónde irán tantas cosas que juramos un verano:
bailando con la orquesta prometimos no olvidarnos.
Y el beso que te llega en aquella carta que nunca esperas,
como no está firmada miras distinto a las compañeras.
Todo el francés que supe y que sabré nunca fue culpa de ella
le llamaban B.B. y yo la vi en "Babette se fue a la guerra".
A dónde irán los besos que guardamos, que no damos.
Dónde se va ese abrazo si no llegas nunca a darlo.
Dónde irán tantas cosas que juramos un verano:
bailando con la orquesta prometimos no olvidarnos.
[(*) Desde Vivir para cantarlo, Víctor Manuel canta "de esto hace más de cincuenta"]
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