Soñé, con tus besos,
tus labios tan puros,
mis labios besando.
Sentí junto al mío,
el calor de tu cuerpo.
Besé tus cabellos,
tus ojos, tu cuello.
Me embargó la dicha
el calor de tu aliento.
Estreché en mis brazos
de madre que adora,
tu cuerpo, en delirio,
¡con celos de loba!
Te besaba tanto...
¡Tanto!, que cansado,
te estreché rendida
en mis brazos, amado...
¿Cuánto tiempo fuiste,
niño en mi regazo?
>
¿Bien, junto a mi pecho,
durmiendo en mis brazos?...
La luz de la aurora
se infiltró en mi lecho.
Vi mis brazos fríos,
cerrados, vacíos...,
como en un delirio...
...¡Apretá mi pecho!...
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