“Según Gordon G. Gallup de la Universidad de Albany, en
el Estado de Nueva York, un beso comporta un intercambio muy complejo de
información olfativa que permite al individuo captar el grado de compatibilidad.
A través del beso, incluso se podría recoger información acerca de la
disponibilidad de la pareja y de tener hijos, un punto importante en una
relación a largo plazo y crucial para la supervivencia de nuestra especie. Todavía es aún materia de
controversia saber si los seres humanos son capaces de percibir las feromonas.
A diferencia de las ratas y de los cerdos, en los cuales se haya tras la nariz
y la boca, los hombres no parece que
estén dotados de órgano alguno específico para revelarle las feromonas. Sin
embargo, tenemos pruebas suficientes para suponer que las feromonas juegan un
papel importante en el cortejo humano y
en la reproducción. Por ello, besar es un modo muy eficaz para pasar esta
sustancia de una persona a otra. La bióloga Sarah Woodland de la Universidad de
Duquesne, cerca de Pittsburgh, mantiene la hipótesis de que el ser humano es
capaz de percibir las feromonas a través del olfato”.
(Traducción propia, de “Il profumo del bacio”, in Citron,
Lana.- Piccola enciclopedia del baccio, Milano, Antonio Vallardi Editore,
2010).
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