Vinicius de Moraes |
Una
mujer al sol es todo mi deseo.
Viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz,
y la flor de los labios abierta para el beso,
y en la piel, refulgente, el polen de la luz.
Viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz,
y la flor de los labios abierta para el beso,
y en la piel, refulgente, el polen de la luz.
Una
hermosa mujer, los senos en reposo
y caliente de sol, nada más se precisa.
El vientre terso, el pelo húmedo, y una sonrisa
en la flor de los labios abierta para el gozo.
y caliente de sol, nada más se precisa.
El vientre terso, el pelo húmedo, y una sonrisa
en la flor de los labios abierta para el gozo.
Una
mujer al sol sobre quien yo me arroje
y a quien beba y me muerda y con quien me lamente
y que al someterse se enfurezca y solloce,
y a quien beba y me muerda y con quien me lamente
y que al someterse se enfurezca y solloce,
e
intente rechazarme y que al sentirme ausente,
me busque nuevamente y se quede a dormir
cuando yo, apaciguado, me disponga a partir.
me busque nuevamente y se quede a dormir
cuando yo, apaciguado, me disponga a partir.
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